Hace no demasiado un grupo de amigos se propuso un proyecto que sonaba tan desafiante como divertido: meterle a un scooter el motor de una Honda CBR1000RR. La base era un Honda Ruckus, y meterle un propulsor de 1.000 cc a esa 50 cc era todo un desafío técnico, incluso inseguro.
Ahora ya se ha hecho realidad, no sin antes haber pasado por unos cuantos contratiempos como el de encajar el gran motor en ese pequeño scooter. Pues ya está rodando, y verlo en funcionamiento derrapando con esa minúscula rueda es una auténtica maravilla.
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Ya pudimos comprobar el complejo desafío técnico que suponía encajar en ese pequeño bastidor el motor de 1.000 cc de la CBR-RR. Una radial, un soldador y poca experiencia fueron suficientes para terminar de encajarlo sin que pareciese un monstruo Frankenstein.
El trabajo consistió en cortar el bastidor y extenderlo para acomodar un motor tan grande. De hecho, de la Ruckus original (que en nuestro país se comercializó bajo el nombre de Zoomer) solo queda la parte frontal, ya que la parte trasera del bastidor fue remodelada al completo para alojarlo.
El motor tampoco estaba en las mejores condiciones, pero los chicos decidieron no tirar la toalla y lo consiguieron arreglar. Es lo que podrás comprobar en la primera parte del vídeo, algo más técnica.
Tengamos en cuenta que estamos hablando de una mole de 180 CV. Al fin y al cabo un scooter de 50 cc no está concebido para semejante trote. Así que también tuvieron que meterle mano al equipo de frenos, para lo que utilizaron todo el sistema de una Kawasaki ZX-6R.
Tampoco está ideado para soportar la torsión y fuerza de casi 200 CV. Así que tuvieron que soldar a conciencia todo el bastidor para que fuera lo suficientemente rígido para aguantar el motor, el piloto y la potencia a la rueda trasera sin que se desmontase en dos.
Saltamos a la parte final, con la moto ya estructurada y de una pieza. Contra todo pronóstico, el scooter de 1.000 cc no se acaba desmontando y nos proporciona un espectáculo digno de disfrute: derrapes, saltos y unos cuantos 'burnouts' para ver uno de los scooters más brutales de la historia.