Conectar Europa con Estados Unidos es una utopía. 5.470 kilómetros separan al país de las Harley-Davidson de Reino Unido, por ejemplo. Sin embargo, las primeras cábalas y estudios para sacar adelante el proyecto ya están en marcha. Y los números asustan.
A grandes rasgos, un túnel trasatlántico podría conectar Reino Unido con Estados Unidos en una ruta de 54 minutos y una inversión de 20.000 millones de euros. Una obra faraónica.
¿El truco? Trenes flotantes
Quizá el ejemplo más cercano de la complejidad de este tipo de proyectos ea el túnel del Canal de la Mancha. Conectar Inglaterra con Francia supuso un túnel de 37,9 kilómetros, dos décadas de estudios y una inversión de 6.400 millones de euros.
Ahora, según detallan medios británicos, llevarlo a cabo para unir Europa con Estados Unidos requeriría unos 20.000 millones de euros, que es directamente el PIB de naciones como China, Japón o Alemania.
Por otra parte, está el tema de la ingeniería. Más de 5.000 kilómetros de túnel submarino suponen una estrategia faraónica. Ya existen sobre la mesa varios diseños propuestos; el problema es que la presión a ciertas profundidades es extrema y conllevaría riesgos geológicos y logísticos.
El principal modelo que se baraja es un túnel flotante sumergido suspendido a 49 metros de profundidad. O incluso un modelo híbrido de segmentos submarinos con partes flotantes, tal y como recoge El Economista.
¿5.000 kilómetros en moto o coche? No, en tren, y a través de trenes de levitación magnética (maglev), que utilizan imanes para sustentarse sobre las vías y propulsarse, de manera que evitan la fricción de las ruedas con el metal, por lo que son más eficientes, más rápidos (han llegado a superar los 600 km/h) y más confortables.