El examen A2 del carnet de moto es probablemente uno de los más temidos. Las diferentes pruebas, especialmente la del circuito cerrado, es una de las más complicadas y técnicas que requieren habilidad, y los nervios pueden jugar una mala pasada en cuestión de un segundo.
El caso; como hay gente que se pone demasiado nerviosa, prefieren 'delegar' en otros. Es ilegal. Y la pillada que le ha hecho un examinador de Tráfico a dos personas que intentaron intercambiarse ha acabado con uno de ellos con sentencia de prisión, según El Faro de Ceuta.
Siete meses de prisión que no se cumplirán al no haber delinquido previamente
Según relata el citado medio, quien quería sacarse el carnet A2 de moto le entregó su DNI a otra persona para suplantarle y así poder hacer el examen por él. Sin embargo, el examinador de Tráfico le pilló con las manos en la masa, y ahora el magistrado titular del Juzgado de lo Penal número dos de Ceuta le ha condenado por ello.
Hay que remontarse a noviembre de 2023 para conocer la historia. Entonces se celebró una prueba práctica para el examen A2. El suplantador se presentó ante el examinador, y le exhibió el DNI, que no era el suyo.
El acusado se defendió argumentando y negando haber ofrecido su carnet a esa tercera persona. Indicó que fue él mismo quien hizo el examen y entregó su DNI. El examinador de Tráfico contrarió dichas palabras y dijo que no fue así: "No hay motivo alguno para dudar de su testimonio”, apunta el magistrado.
Al ir a identificar a los examinados se percató de que uno de ellos no se identificó y dijo que se había dejado el carné en casa, que iba a por él. Al hacer la prueba de destreza se dio cuenta de que no era la misma persona: con menos pelo y unos rasgos distintos.
Spoiler: acabó abandonando la pista al verse descubierto. Según el relato del examinador recogido por dicha fuente, la persona se fue corriendo después de reconocer que no sabía su número de DNI y dudar de su fecha de nacimiento.
"Estos hechos declarados probados constituyen indicios meramente, si bien son de tal peso que permiten declarar, más allá de toda duda razonable, que fue el propio acusado quien facilitó a un tercero su documento para presentarse en su lugar a hacer el examen, pues de otro modo no se podría comprender cómo una persona ajena al acusado y al interés en aprobar un examen podría presentarse con un carné que se habría encontrado en la calle o habría sustraído. Mas este interés en aprobar sí lo tenía el acusado, razón por la que puede imputar su participación en el hecho", señaló el juez.
La pillada épica ha terminado con una sentencia de siete meses de prisión que, al no haber delinquido, queda suspendida. Además, se le impone una multa de siete euros diarios a razón de cuatro meses.