Para algunos suena utópico; otros no creen que ni exista, pero los drones de la Dirección General de Tráfico (DGT) operados por la Guardia Civil de Tráfico llevan operativos unos cuantos años, y contra el mito de que no multan, spoiler: sí lo hacen.
Y la mejor prueba de una cazada épica es la que le han hecho a un motorista circulando por carretera. Todo mientras su compañero le grababa a pie de carretera, y él hacía pirulas constantes. Ahora le va a salir bastante cara la broma.
Una pillada épica con una multa épica
El uso de estos drones operados por la Benemérita suele darse en tramos de carretera con alta incidencia de accidentes o afluencia de motoristas. Actualmente tienen el apoyo de unos 40 drones, aunque la cifra no para de subir. Entre los modelos, los SDLE Tyra V109, de los DJI M200 o DJI Phantom.
Suelen requerir de dos operadores, y pueden cazar a los infractores en un rango de acción de entre 3 y 10 kilómetros aproximadamente. Con una distancia de más de un kilómetro desde el suelo, son capaces de hacer zoom e identificar con precisión a los infractores fácilmente.
En el último vídeo publicado por la DGT, el organismo dirigido por Pere Navarro ha querido dejar claro que, a pesar de que creas que no te mira nadie, en realidad sí. Y hacer el canelo en moto acaba teniendo consecuencias.
Este motorista hace varias pasadas en una zona de carretera de montaña, mientras alguien le está grabando con el móvil desde el ápice de la curva. Y mientras va y viene, las infracciones vuelan: adelantamientos prohibidos y muy peligrosos, líneas continuas, conducción temeraria, etcétera.
Un dron de la Unidad de Medios Aéreos (#UMA) de la #DGT captó hace unos días en las carreteras mallorquinas a un motorista dando 'lecciones' de conducción temeraria. Fue denunciado por la #ATGC. Comportamientos así amenazan la vida de todos los usuarios de la vía. #LaLocura pic.twitter.com/NbhpmEROPC
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) December 10, 2024
Mientras, el dron es testigo de toda la acción desde los cielos, y durante el casi minuto que dura la acción, es capaz de identificar hasta al cámara que está en el arcén.
Todas y cada una de las acciones que ha ejecutado, repetidamente además, conllevan sanción. Por ejemplo, cada adelantamiento grave saltándose una línea continua (y no son pocos) supone una multa de 200 euros y tres puntos menos.
La conducción temeraria son 500 euros y otros seis puntos del carnet; fácilmente se podría quedar sin carnet este joven intentando hacer un vídeo casero sobre su moto deportiva.