En Estados Unidos las cosas funcionan de una manera diferente. Rápidamente entenderás la referencia cuando hablemos de los cementerios de vehículos. Algo que en Europa, y mucho más en España, está totalmente prohibido, perseguido y penado. Tienen impacto medioambiental que aquí es impensable asumir por legislación.
Allí no. En Estados Unidos los dejan abandonados a su suerte en mitad de un bosque de Alabama. Hasta tiene nombre propio y todo: Escambia Motorcycles.
El cementerio de motos tiene hasta su propio horario de apertura
Alabama mola. Tienen la canción más mítica del rock yanqui, 'Sweet Home Alabama'; también tienen hermosas playas de arena blanca; montañas cubiertas de bosques y los primeros cohetes lunares de la NASA. Ah, y un cementerio de motos en mitad de un bosque. Es el más bestia del mundo.
Su superficie es terrorífica, casi 20.000 metros cuadrados donde se apilan más de 4.000 motos de todas las épocas y marcas. Kenny es el propietario de semejante lugar. Más preocupado por la venta que por otra cosa, se dedica a sacar y vender repuestos de todo tipo de motos.
Y lo que no ves en el bosque: almacenes llenos de piezas de recambios hasta arriba. Se puede conocer bien a través del casi documental de 52 minutos grabado por un 'youtuber', que se cuela en los entresijos de este particular cementerio de motos con nombre propio.
Como puedes imaginar, hay todo tipo de joyas allí escondidas. La mayoría de ellas son clásicas, como algunas Honda GL1000, Yamaha XS650, o la moto de Top Gun, la mítica Kawasaki GPZ900R. Algunas de ellas sobreviven a su suerte, y otras, están en un estado todavía más que aceptable. Perfectas para restaurar.
Principalmente hay marcas japonesas como Kawasaki, Suzuki, Yamaha y Honda, pero también se pueden encontrar otras raras unidades a lo largo del vídeo, como alguna que otra Jawa, aquella marca de motos checoslovaca creada en 1929.
En España esto estaría totalmente prohibido. Empezando por la ley de residos, que exige que los vehículos fuera de uso se gestionen en centros autorizados para evitar riesgos de contaminación, como derrames de aceites o sustancias peligrosas que pueden filtrarse al suelo o a las aguas subterráneas. Además, la Ley de Montes y la Ley de Protección del Medio Ambiente Natural penalizan actividades que deterioren los espacios naturales.
Allí está todo al libre albedrío en un monte. De esa manera, sería impensable aquí.