Hay una creencia común en torno al uso de la moto, y es que, 'cuanto más kilometraje, más daño a la moto'. No, error. De hecho, suele suceder todo lo contrario, que al no utilizarlas, acaban dañándose más. Y esto no es algo que digamos nosotros, sino un reconocido mecánico japonés.
Este hombre es el reputado y famoso dueño de un taller de motos que, durante varias décadas, ha visto peregrinar todo tipo de motos. Señala un patrón común: las motos que se arruinan con solo 30.000 kilómetros.
Aceite, líquidos, humedad... Todo afecta a tu moto
Puede sonar a un pseudónimo de broma, es lo que tienen las redes sociales como YouTube, pero 'Foie Gras' es un reputado mecánico que aguarda miles de suscriptores y millones de visualizaciones con sus trucos de mecánica. Por sus manos han pasado tantas motos que sabe cuándo una no llega a los 30.000 kilómetros.
Destruir una moto es difícil, pero arruinarla no tanto. Solo hace falta ser un poco descuidado e ir postergando y dejando de lado mantenimientos y acciones más básicas. Si de algo sabe un mecánico es precisamente de trucos para evitar que pasen este tipo de cosas.
La dejadez a la hora de cambiar de aceite de moto es el principal motivo. Y es bien claro al respecto: "Casi el 100 % de las motos que se averiaban rápidamente tenían una cosa en común: descuidaban el cambio de aceites". Es lo más importante, y este hombre recomienda cambiarlo cada 3.000 kilómetros.
No importa el dinero cuando hablamos de mantenimiento: "No existe otra desventaja que la económica al cambiar el aceite temprano", apunta. El problema es cuando alguien no puede recordar cuánto tiempo ha pasado desde el último cambio de aceite ni la distancia recorrida. Por eso 3.000 km. es una cifra perfecta para él.
Piezas sin lubricar, otro de los problemas más habituales. Toda pieza mecánica necesita lubricación para funcionar eficientemente. En caso contrario, acelerará el desgaste y acortará la vida útil. Por eso recomienda lubricar con cualquier aceite toda pieza con regularidad.
El entorno de almacenamiento de importante; la humedad afecta a tu moto. El óxido es aquí el punto clave, y cuanto más a la intemperie esté, más afectará. El óxido acorta enormemente su vida útil de la moto, y por eso es importante tomar una serie de medidas.
Empezando por el agua. Es importante que cada vez que se moje o la seques, porque el agua penetrará, se formará humedad y se acabará oxidando si lo repites en muchas ocasiones. Lo mismo pasa con ponerle una funda a la moto caliente; el calor se acumula, se produce condensación debido a la diferencia de temperatura con el exterior y la humedad acaba haciendo mella.
Ser tiquismiquis y cuidar a tu moto también tiene que ver con los rayos UV. En verdad, es algo muy dañino: además del metal, las piezas de goma se acaban agrietando a causa del sol. Lo mejor es rociar las piezas con algún spray de polímero, que crea una capa de protección extra para mantener hasta las más pequeñas piezas en estado impecable.
Está mejor una moto que ha recorrido 10.000 kilómetros que una que no se ha movido
No usar la moto por largos períodos de tiempo es otro de los factores de riesgo. Por eso decíamos al principio que es peor no usarla que usarla mucho. Una moto sin utilizarse durante mucho tiempo desarrollará óxido en el tanque de gasolina y crujidos en las partes móviles.
De hecho, probablemente esté mejor una moto utilizada durante 10.000 kilómetros que una que no se ha movido.
Al utilizarla, el aceite del motor se drenará al cárter de aceite, y queda una fina capa de lubricante en la superficie de las piezas del motor. Si la moto permanece quieta, no habrá capa protectora, el aceite se esfumará y el aceite aumentará al arrancar el motor, lo que provocará daños.
Lo mismo pasa con otros líquidos de la moto, como el de los frenos, que absorberá la humedad del aire al tener mucha agua y un punto de ebullición bajo.