Es difícil que te hayas olvidado de él, pero Honda presentó a principios de este mismo año un interesante prototipo de moto autoestabilizada del que era imposible caerse. Se trataba del Riding Assist y, ahora por suerte ya sabemos que la casa del ala dorada va a llevar hasta el Salón de Tokio un prototipo basado en este principio.
Jugando en casa y buscando sorprender a aficionados y competencia, el Honda Riding Assist-e Concept es más que una evolución. Se trata de una reinterpretación total del concepto que ahora, además de mantenerse estable sin ayuda, también es un vehículo completamente eléctrico y con una estética muy agresiva.
Una moto eléctrica que no se cae
El próximo 25 de octubre, cuando el Salón de Tokio abra sus puertas, el Riding Assist-e sorprenderá por algo más que por una apariencia futurista. Este prototipo monoplaza emplea el mismo bastidor tubular de acero basado en la Honda NC750 abraza ahrora un paquete de baterías y motorización totalmente eléctrica, aunque no han trascendido aún los datos.
Recordarás que también, además de ser capaz de mantener la verticalidad gracias a un sistema de control de la dirección y lanzamiento de la horquilla variable, el Riding Assist lograba perseguir a su conductor a pie simplemente siguiendo sus pasos, por eso este prototipo incorpora ese frontal tan raro plagado de sensores.
La parte ciclo se mantiene inalterada, a excepción de un basculante monobrazo trasero que incorpora una transmisión donde se ha apostado por la tecnología cardan en ugar de la tradicional por cadena.
Así que ya se sabe, "cuando el río suena, agua lleva". ¿Cuánto tardaremos en ver esta tecnología aplicada a un modelo de serie? Seguramente, bien poco. Si Honda sigue la pauta marcada por su última idea loca (el sorprendente Honda X-ADV), a finales del año próximo podríamos conocer la versión de producción.
El 25 de octubre tendremos toda la información sobre este prometedor concepto, que llegará previsiblemente de la mano de la nueva Honda Gold Wing. Los japoneses quieren sorprender este año, ¡y nosotros encantados!