La conducción autónoma es un superpoder que llevamos algún tiempo descubriendo en los coches. Sobre cuatro ruedas su aplicación es más sencilla y, sobre todo, más útil, pero los fabricantes están demostrando cierto interés en desarrollar tecnologías propias con las que conseguir que una moto pueda asumir las tareas de conducción.
Yamaha con el MOTODROiD, Honda con la Riding Assist y su versión eléctrica Riding Assist-e, KTM con los sistemas de frenada automática y el doble radar de Ducati demuestran esta tendencia. Pero de entre estos ejemplos surge BMW Motorrad con un concepto mucho más realista, una BMW R 1200 GS que se conduce sola, y es 100% real.
El futuro se acerca sin conductor también en las motos
Después de dos años de intenso desarrollo en el más absoluto secreto, BMW Motorrad finalmente ha desvelado su propuesta de moto capaz de conducirse por sí misma. En una demostración ante un reducido grupo de prensa del sector realizada en un circuito de pruebas que la marca tiene en Miramas (Francia), BMW ha mostrado cómo una maxitrail con maletas y top case pero sin conductor es capaz de realizar vueltas completas.
Las modificaciones mecánicas aplicadas a la GS para que pueda manejarse por sí misma son bastante limitadas, con un motor eléctrico encargado de mover la dirección, actuadores sobre los frenos, un embrague y caja de cambios automatizados y un caballete lateral motorizado. Básicamente la parte mecánica se ocupa de hacer las funciones que realiza un piloto con las manos y piernas.
Lo complicado está escondido detrás. El apartado tecnológico cargado en las maletas de la BMW R 1200 GS es abrumador, con un potente sensor GPS y una IMU trabajando mano a mano para detectar el movimiento y posición de la moto y una cantidad ingente de sensores repartidos por la moto (inclinación, velocidad de giro de las ruedas, fuerza aplicada sobre el manillar...).
El software de la R 1200 GS autónoma no sólo es capaz de trazar en un circuito preestablecido, sino que es capaz de leer el entorno, detectar obstáculos y esquivarlos en una evolución del sistema de Ab Dynamics, los creadores de la BMW C1 capaz de manejarse sola.
Lejos de convertir a las motos autónomas en un lugar en el que relajarse, leer o ver una serie mientras vamos al trabajo como podemos pensar en los coches, esta tecnología se está desarrollando para mejorar la efectividad de las ayudas a la conducción como el ABS, el control de tracción y todo el arsenal tecnológico derivado de una moto capaz de saber cómo reaccionar en caso de imprevisto.
La idea de una moto que pueda conducirse sola está básicamente justificada con la intención de que en caso de aparecer el riesgo de un accidente, la electrónica reduzca al mínimo el tiempo de reacción que puede ser demasiado amplio en un ser humano. Por tanto no se trata de una moto que se conduzca sola, sino de una que pueda asumir el control en situaciones de peligro puntuales.
Mirando hacia el futuro esta tecnología es especialmente interesante. Con la comunicación entre vehículos (autónomos o no) e infraestructura las motos podrían saber de antemano si un coche puede converger en nuestra trayectoria o si hay una placa de hielo en un punto determinado. Si el sistema lanza avisos al conductor pero no se da cuenta o no actúa de la forma correcta, esta R 1200 GS podría tomar las contramedidas necesarias y ahorrarnos un disgusto.