En Irlanda han regularizado las nuevas tasas máximas de alcoholemia permitidas para los conductores, con el particular de que los motoristas tienen el límite más bajo: 0,2 g/l frente a los 0,5 g/l que permiten a los conductores de automóviles. La medida se ha tomado así por la sencilla razón de que los motoristas son más vulnerables que los conductores de coches, y por ello deben tener más restricciones de lo normal. Cierto que los motoristas son vulnerables, pero, ¿no lo son también, o quizás más aún, ante las imprudencias de terceros? Coincido con Mike Werner en que esta medida está mirando hacia el lado contrario del problema. Sin tener a mano las estadísticas de siniestralidad, tenemos en mente la proporción de accidentes que afectan a los motoristas y que son causados porque el conductor no los ve, o bien, más directamente por elementos ajenos al motorista (coches, camiones...). Sí a las leyes que regulan la tasa de alcoholemia máxima permitida, no a las discriminaciones y a las diferencias infundadas en una simple intuición que, además, está equivocada, en mi opinión.
En Bikes in the fast lane se lo toman bastante mal, no es para menos porque es bastante denigrante que siga existiendo la creencia de que los moteros son unos descerebrados. Es algo un tanto lamentable, ¿por qué no dejar la tabla rasa, y ya puestos, aplicar la ley del 0,2 a todos por igual?
Vía | Bikes in the fast lane