Así es un día de curso en el HIS, con Márquez y Pedrosa
Después de la introducción del viernes, hoy nos toca ponernos manos a la obra. Saber montar en moto no quiere decir que sepas hacerlo todo bien, ni mucho menos. Esta es la primera impresión que pude sacar mientras me quitaba las protecciones al final del día. Pero no adelantemos acontecimientos.
Confieso que me encanta ser alumno, en cualquier situación siempre hay alguien que puede enseñarme algo. Gracias al plantel de monitores del Honda Instituto de Seguridad me pareció como si después de tantos años estuviera empezando a aprender a ir en moto.
Mucho que aprender con una compañía de primera
Nosotros pudimos tomar contacto con estos cursos en un formato abreviado. Nos condensaron en unas horas un poco de cada parte de los cursos. Aprovechando la celebración del Gran Premio de Catalunya pudimos disfrutar junto a Marc Márquez y Dani Pedrosa de un día muy instructivo bajo el sol de un perfecto día preveraniego.
Tras una pequeña charla en la que repasamos juntos los mayores riesgos en carretera, los primeros en salir a probar sus habilidades fueron los pilotos de HRC. Pertrechados con sus impolutas galas de competición al completo fueron los encargados de enseñarnos lo que pasa cuando frenas sobre mojado con y sin ABS.
Montados sobre una Honda CBF600 con estabilizadores, muy diferente a sus habituales Honda RC213V, se enfrentaron a la pista deslizante y mojada. Primero realizaron dos frenadas sin ABS en la que ni siquiera sus expertas manos como pilotos del más alto nivel pudieron salvar las caídas.
Después, con el ABS conectado nos enseñaron la más que notable diferencia que supone en seguridad el sistema antibloqueo. Ambos pilotos pudieron comprobar en sus carnes cómo ahora la moto no perdía la dirección al primer toque de freno y conseguían pararse sin tener que hacer uso de los apoyos laterales.
Tierra y motos pequeñas, la mejor forma de aprender a controlar las reacciones
Y a partir de ahí comenzaba nuestro turno. Repartidos en tres grupos diferentes, a nosotros nos tocó empezar por la zona offroad.
Utilizando pequeñas Honda CRF 125 empezamos a rodar por las pistas de tierra que Honda tiene preparadas. Un patio de recreo perfecto formado por un óvalo y dos trazados diferentes de curvas enlazadas donde además de divertirte como un enano puedes aprender a coger el tacto del deslizamiento de una moto.
Girando en ambas direcciones en todas las pistas, aprendes no sólo a derrapar dando gas con la rueda trasera, también a realizar la entrada de las curvas tocando lo mínimo los frenos, sin usar el delantero, y controlando las pérdidas de agarre en la rueda delantera apoyando fuerte en la curva.
Ya, sé que las motos infantiles son para niños, pero os aseguro que este es uno de los entrenamientos más simples y satisfactorios que puedes realizar para mejorar sobre una moto. De hecho os puedo contar que llevo tiempo buscando una de estas para entrenar, y simplemente no hay. Todas están vendidas a pilotos y escuelas de conducción.
Aprendiendo a frenar, otra vez
Después de quitarnos un poco el polvo y cambiar de montura nos fuimos a la pista de asfalto. Aquí empezamos a aprender a frenar de verdad con seguridad y de forma efectiva. A velocidad constante, y justo en el momento de clavar los frenos hay que empezar a frenar de atrás para estabilizar la moto y evitar el hundimiento de la parte delantera. Sí, justo al revés del abuso habitual del freno delantero.
Comprobamos cómo al llegar al punto de frenada, cada vez conseguíamos frenar antes. Mucho antes que la primera frenada hecha a nuestra manera, tirando fuerte sólo de delante. Comenzando la frenada con la zaga la moto se comporta como una tabla y después podemos empezar a apoyarnos en el delantero.
Pero además de conseguir parar la moto en menos metros, también conseguimos hacerlo de una forma más segura al haber llevado estabilizada la moto durante toda la deceleración. También este tipo de frenadas nos lo agradecerá nuestro pasajero si solemos ir acompañados, ya que la transferencia de pesos es mucho menor.
El ABS, nuestro gran amigo
De aquí nos fuimos a la pista mojada en la que al principio vimos a Márquez y Pedrosa. Todos nos sabemos la teoría: cuando el ABS detecta un bloqueo en la rueda libera presión en el circuito de frenos para recuperar el agarre y mantener todo en su sitio.
Y si digo que todos hemos pensado alguna vez que no necesitamos el ABS no me alejaré demasiado de la verdad. No lo necesitamos hasta que lo necesitamos, aunque suene redundante. Y el día que lo echas en falta a lo mejor ya es tarde para arrepentirse. Pero volvamos al curso que para eso estamos.
Confiando en que no te va a pasar nada gracias a los estabilizadores laterales, al llegar a la zona deslizante tiras con ganas de la maneta a sabiendas que el ABS está desconectado y te la vas a pegar. Y efectivamente, tras el acto de fe caes de forma irremediable sobre uno de los estabilizadores.
Conectamos el ABS y la diferencia es como la noche y el día. Te das cuenta de la necesidad de que todas las motos lleven estos sistemas y te alegras de saber que a partir de 2017 todas las motos llevarán un antibloqueo de forma obligatoria.
Aunque entra en funcionamiento de forma más o menos abrupta, el ABS impide que termines deteniendo la moto mientras conservas la verticalidad. Cualquier caída, por pequeña que sea, que se evite al tener ABS te amortiza instantáneamente el sobrecoste de este equipamiento. Merece la pena, y es algo que no valoramos hasta que nos vemos en una situación delicada.
Y ahora, aprendiendo a girar
Para la última parte de nuestro curso comprimido volvimos a la pista de maniobras y allí empezamos a aprender de verdad cómo se gira con una moto de manera precisa. Primero un eslalon entre conos, después una sucesión de giros de 180 grados.
Antes de meternos en materia nos dejaron hacer las dos pruebas por nuestra cuenta y tomando tiempo. Al acabar de realizar los ejercicios entonces vino el momento en el que te das cuenta de que aún tienes mucho que aprender sobre una moto.
Mirar lejos, pies bien apoyados sobre los dedos (no sobre las punteras), talones y rodillas apretando la moto para ser uno, utilizar el contramanillar, golpe de cadera, gas constante y dosificando la velocidad con el freno trasero... Una especie de formación ancestral en la que no tienes que mirar a los obstáculos, tienes que sentirlos a tu alrededor y mirar sólo dónde quieres ir.
De la misma manera que con las frenadas, las maniobras se terminan en un tiempo muy inferior a la primera de las veces que nos tomaron el tiempo. No os puedo decir cifras concretas, eso es secreto, pero en el ejercicio de los conos pude recortar unos tres segundos.
Sólo siguiendo los consejos de los instructores la mejora es más que sustancial. No sólo te das cuenta de los vicios que todos tenemos, sino que en muy poco tiempo la curva de aprendizaje se dispara. ¿El problema? Después querrás aprender mucho más porque terminas con la sensación de no tener ni idea, pero muy contento y con un sabor de boca muy dulce.
Los gastos para acudir al curso de seguridad Honda han sido asumidos por Honda. Para más información, consulte nuestra política de relaciones con empresas.