Alan Kempster ha fallecido. Quizá su nombre no te diga nada, pero si te decimos que él era el mejor ejemplo de cómo vivir de una manera plena pese a las desgracias seguro que empiezas a acordarte. Kempster fue ese piloto que tras perder su brazo y pierna derechos por culpa de un conductor borracho que le pasó por encima con su camión y siguió no sólo montando en moto sino también compitiendo.
Kempster abandonó las carreteras para siempre, pero no las motos. La gasolina seguía corriendo por sus venas y se enfocó en los circuitos donde lucía orgulloso el dorsal 1/2, haciendo referencia a que su moto la pilotaba medio hombre, y es que Kempster nunca perdió su sentido del humor. Para muestra su dedicación en Facebook: "Crash test dummy".
Perdió la mitad de sus extremidades, pero la gasolina siguió corriendo por sus venas
Antes de montar en moto de nuevo Alan pasó tiempo haciendo sky náutico, disciplina que jamás había disputado y en la que llegó a participar también en algunas competiciones para discapacitados. Y es que Kempster hacía gala de una forma física envidiable, aunque el sky no le llenaba. A él lo que le gustaban eran las motos.
Te preguntarás cómo alguien puede correr en moto careciendo de la mitad de sus extremidades, y es normal. Lo primero es no perder el optimismo, y a partir de ahí adaptar la moto a sus necesidades. Kempster modificó los mandos para colocar el acelerado en el puño izquierdo, una segunda maneta con bomba para el freno también en la mano izquierda y práctica, mucha práctica.
A diferencia de otros pilotos discapacitados, Kempster no utilizaba ningún tipo de correas o fijaciones para mantenerse sobre la moto, y vaya si consiguió encontrar el equilibrio. Alan se ha dedicado a correr en las últimas temporadas en la Fórmula 400 de Australia, un campeonato donde se ha reñido contra pilotos sin ningún tipo de discapacidad.
Por desgracia Alan no ha podido materializar su gran sueño: correr en la Isla de Man. Su hermano Robert Kempster ha sido quien hizo pública la noticia hace unas horas. Alan falleció en su domicilio a los 55 años mientras dormía sin que aún se hayan hecho públicas las causas de su muerte.
Descanse en paz. V's al cielo para el motorista que nunca se rindió.