Que Valentino Rossi es mucho más que un piloto de motociclismo no es ningún secreto. En las dos últimas décadas ha ido construyendo un imperio de muchos tipos, entre los que destacan su firma de merchandising y, más recientemente, su escuela de futuras estrellas: la VR46 Riders Academy. La serie sobre su vida es otro buen ejemplo.
Dividida en cinco capítulos, #VR46TheSeries ha repasado la vida de Il Dottore desde cinco perspectivas, y ya se puede considerar parte de la cultura motera. Empezó desde la construcción del mito, de ahí nos trasladó hasta Mugello, pasó a abrirnos las puertas de su rancho y, en el anterior capítulo, repasamos su identidad entre celebraciones y mucho amarillo.
La marca y el legado
En esta quinta y última entrega se pone el foco en la construcción del emblema VR46, de cómo el hombre se transformó en marca y cómo él mismo interviene en el proceso de fabricación del merchandising, exigiendo calidad y participando en el proceso creativo de los productos que salen de ahí. El mimo que pone en cada detalle es revelador sobre su personalidad.
Tras pasar por su flamante videojuego, la mirada se gira hacia el horizonte. Y ahí es donde entra en escena la VR46 Riders Academy, probablemente su proyecto más ambicioso. Una iniciativa que nació de la forma más inocente y que se ha ido instrumentalizando hasta convertirse en la gran cantera del motociclismo italiano, llegando a abrirse incluso a la llegada de talentos asiáticos al Yamaha VR46 Master Camp.
Porque, como suele suceder con los genios, Rossi ha alcanzado un punto de madurez en el que siente la necesidad de transmitir sus enseñanzas, de hacer perdurar su legado. De compartir con las nuevas generaciones lo que en su día compartía con Marco Simoncelli. Y en este episodio final, sus nuevos alumnos cuentan cómo es como profesor.