Más cruces para Viñales que caras para Rossi: "No estamos trabajando bien en nuestro lado del box"
El Gran Premio de Francia tradicionalmente es coto de caza de Yamaha. El año pasado Maverick Viñales se alzó con la victoria en Le Mans seguido por el primer podio de Johann Zarco. Este 2018 la película ha cambiado mucho en MotoGP y pese a que Valentino Rossi ha logrado subir al podio, la realidad es preocupante.
Para Maverick Viñales la situación sigue siendo excesivamente complicada. El piloto español ha acabado en séptimo lugar sobre una pista en la que todos en el garaje confiaban en que pudieran remontar la situación. La realidad ha sido bien distinta y Viñales sigue sin poder tirar fuerte sobre una YZR-M1 que no le permite pilotar como a él le gustaría.
"La otra parte del box ha hecho un gran trabajo y nosotros no"
Viñales ha definido los primeros compases de la carrera como algo "horroroso durante las primeras vueltas, no podía pilotar la moto". Según avanza la carrera y el depósito se va vaciando Viñales procura defenderse y recuperar posiciones, pero la realidad es que acabar en séptima posición para un piloto con sus aspiraciones es inaceptable para él.
"Intento ir al máximo en cada curva y arriesgo muchísimo, pero los tiempos por vuelta no están ahí", aseguraba el piloto antes de sentenciar que "no estamos trabajando bien en nuestro lado del box. La otra Yamaha ha salido delante para luchar por la carrera y eso quiere decir que algo estamos haciendo mal".
A final de carrera la diferencia entre Valentino Rossi y Maverick Viñales ha sido de 18 segundos, una diferencia que Viñales no sabe dónde está porque "si lo supiera estaría delante, no séptimo". Al ser insistido sobre dónde cree que se encuentra lo que Rossi haya podido encontrar, Viñales era rotundo y zanjaba: "No lo sé. La otra parte del box ha hecho un gran trabajo y nosotros no".
Haber perdido una oportunidad como la de Le Mans donde Viñales logró su primer podio con Suzuki en 2016 y el año pasado la victoria con Yamaha implica que no es que se hayan perdido en su garaje, es que no hay un rumbo que seguir ni la más remota idea de cómo lograr encontrar un mínimo de puesta a punto para acercarse a los puestos de cabeza.
"Es muy decepcionante. Esperaba salir de Le Mans contento y salgo más enfadado de lo que estaba en Jerez. No estoy nada contento con el trabajo que se ha hecho este fin de semana", declaraba el español con un gesto profundamente serio. "Cada día pido explicaciones para entender las cosas, pero es difícil".
El desánimo de Viñales coge tintes de victimismo incluso a estas alturas de la temporada. Pese a que el 25 va en segunda posición de la clasificación general a 36 puntos de Marc Márquez (algo que por cierto no se explica él mismo), Viñales dice que "parece que soy yo el único que sufre"
Valentino Rossi regresa al podio
Valentino Rossi comenzó la carrera de Le Mans desde una discreta tercera línea de parrilla y se mostraba algo pesimista después del cronometrado del sábado. Por suerte, el nueve veces campeón hizo unas ligeras modificaciones y se sintió mejor con su moto en el warm up.
"Salí bien y desde el primer momento pude adelantar y colocarme con los de delante", declaraba el italiano. "He sido rápido durante toda la carrera, con buen ritmo, y eso es muy importante", aseguraba antes de cerrar con el deseo de poder seguir trabajando en el nivel que lo han hecho este fin de semana para mejorar la moto.
Y es que el italiano es la segunda vez que sube al podio en lo que llevamos de 2018 tras el tercer puesto de Catar. En efecto, Valentino parece haber encontrado algo en su M1 que parece haberle permitido rodar más rápido, aunque nuevamente las caídas de Dovizioso y Zarco, además de la pérdida de fuelle de Lorenzo, han jugado a su favor.
El problema de Yamaha no está ni mucho menos solventado en el lado del 46. La pista francesa se adapta muy bien a las características de la moto de los diapasones y eso ha permitido a Rossi lograr un podio que le sirve para colocarse en la cuarta posición de la general.
Ramón Forcada: "No es sólo un problema con una sola causa"
Antes de empezar a rodar en el Gran Premio de Francia, Ramón Forcada, jefe de mecánicos de Maverick Viñales, analizó cuáles eran los puntos clave que están haciendo sufrir a Yamaha. El principal factor que influye en su rendimiento es el calor; cuando sube la temperatura la moto no tiene grip.
Este comportamiento está condicionado por una falta de adaptación de la electrónica, pero Forcada también asegura que no hay una sola causa. "El problema es el conjunto; si fuera una sola cosa sería muy fácil poner a punto la electrónica del año pasado, pero el motor es distinto y necesita una electrónica distinta", declaraba.
Por un lado Forcada señala al motor, por otro a la electrónica y por último a los neumáticos. El cambio de Michelin a mediados de la temporada 2017 obligó a modificar la electrónica que ahora, por algún motivo indefinido, sigue sin funcionar.
El resultado es un equipo técnico que no consigue ofrecer al piloto lo que necesita, el piloto se frustra, obtiene resultados mediocres y refleja su estado de ánimo en la puesta a punto de la moto. Es un círculo vicioso del que es muy complicado salir.
Llevamos cinco carreras este año y Viñales está situado en la cruz de la moneda. Perdido, frustrado y sin saber qué camino seguir para llevar a su Yamaha de vuelta a las posiciones delanteras. Pero toda cruz tiene una cara, y Viñales ocupa de momento la segunda posición de la general. Quizá ese debería ser su punto de partida.