Jorge Lorenzo, uno más en sufrir la adaptación a la Ducati de la que sólo se salvó Stoner
Las exigencias con las que llegaba Jorge Lorenzo a Ducati eran claras: conseguir un nuevo título en el Campeonato del Mundo de MotoGP para la fábrica italiana. Nada más lejos de la realidad, quizá ni él mismo podía imaginar que su primer año de rojo sería tan decepcionante, pero lo cierto es que 2017 no será la temporada de su trayectoria que recuerde con más cariño.
Esto cobra especial relevancia, sobre todo, porque su compañero Andrea Dovizioso fue el que estuvo a punto de conseguir la corona. Este año la mayoría de pilotos más relevantes terminan contrato, a excepción de Maverick Viñales que ya ha renovado, y eso podría afectar a la posición de Lorenzo en Ducati pero, ¿es normal ese comienzo para los pilotos oficiales en la marca de Bolonia?.
La excepción que confirma la regla fue el australiano
Ducati lleva intentando dar de nuevo con la tecla de la victoria desde que ganase su último título con Casey Stoner allá en 2007. Era el segundo año del australiano en la categoría y el primero en la marca italiana. Sumó un total de 367 puntos acabando con 125 de ventaja sobre el segundo clasificado que fue Dani Pedrosa.
Dos segundos puestos y un cuarto en 2008, 2009 y 2010 respectivamente hicieron que Stoner se cansase de pelear por la victoria con una moto que parecía no dar más de sí. Tomó la decisión de irse al año siguiente a Honda, donde demostró que no se había equivocado al marcharse y volvió a ganar otro título más antes de su precipitada retirada en 2012.
También intentó conseguir el campeonato con la montura italiana el desaparecido Nicky Hayden. Llegó en 2009 con la esperanza de conseguir otro título para su palmarés y acabó volviendo a Honda, donde había ganado su título mundial en 2006, cinco temporadas después desesperado, sin haber conseguido dominar la moto.
De esos años su mejor temporada fue la 2010 en la que terminó séptimo en la general, consiguiendo un solo podio en Aragón. La evolución desde la temporada anterior fue obvia ya que en su primer año con Ducati no pudo ser más que décimo tercero, con una tercera posición en Indianápolis y tan sólo 104 puntos, 59 menos que al año siguiente.
El caso más sonado y similar al de Lorenzo fue Valentino Rossi. El italiano probó suerte durante las temporadas 2011 y 2012, intentando materializar el triplete italiano en motogp (con moto, equipo y piloto transalpinos). Aunque el inicio del primer año fue mejor que el de Lorenzo la realidad es que ambos acabaron consiguiendo la misma posición final, la séptima. Rossi consiguió dos puntos más que el mallorquín, pero tan sólo pudo hacer un podio en Francia.
No mejoró mucho la situación al año siguiente donde terminó en sexta plaza por lo que decidió regresar a Yamaha. Él ya sabía lo que era ganar con la fábrica japonesa, así que le daba más confianza y opciones de volver a pelear por conseguir su ansiado décimo título que, al final, todavía no le ha llegado.
A pesar de no tener ningún campeonato, es obvio que las mayores comparaciones que se le hacen a Jorge son con Andrea Dovizioso por ser su compañero de equipo. En la temporada 2017 estuvo a punto de conseguir su primer título contra Marc Márquez y, aunque al final no pudo ser, tiene pinta de que este año volverá a luchar con uñas y dientes para hacerse con él.
Lo cierto es que 'Dovi' no lo ha tenido fácil hasta ahora. Para llegar a esos resultados ha tenido esperar hasta su quinta temporada en Ducati. Un octavo puesto en su primer año (2013), un séptimo (2015) y dos quintos (2014 y 2016) era todo lo que había conseguido hasta congeniar correctamente con su montura y estar listo para pelear por las primeras plazas.
La temporada pasada no fue nada fácil para el mallorquín, que tras verse peleando año tras año por el título sólo hizo tres podios: dos terceros puestos en el Gran Premio de Jerez y en el de Aragón y una segunda plaza en Malasia. Viendo las estadísticas del resto de pilotos es cierto Lorenzo queda dentro de las estadísticas de los sufridos comienzos en la fábrica de Bolonia.
Aún así esta temporada será fundamental para el 99 y, de momento, parece que está jugando al despiste en los test de pretemporada. En los que llevan realizados este 2018, en Sepang primero y en Buriram después, mostró la cara y la cruz de su adaptación a la montura roja.
Mientras que en Malasia, circuito que además le gusta mucho, probaba que podía ser competitivo y se fue como el piloto más rápido en Tailandia no pudo quedar ni entre los diez mejores tiempos, además de tener que volver a probar el chasis de 2017 para decidir qué camino tomar de cara a la nueva temporada.
Lorenzo, al igual que el resto de pilotos de MotoGP, tendrá todavía los test de Catar para ultimar la puesta a punto de su Ducati y tratar de mejorar los resultados obtenidos hasta ahora. Será un año en el que habrá muchas miradas puestas sobre él para saber si será otro piloto que pase por la marca italiana sin pena ni gloria o si, tal y como ha hecho Dovizioso, logrará superar las expectativas. Eso sí, no parece que en la fábrica vayan a tener tanta paciencia como con el italiano.