El Gran Premio de los Países Bajos ha sido el peor para Marc Márquez desde que corre con Ducati, o al menos eso dicen los números. El piloto español se cayó en la carrera al sprint y, aunque acabó cuarto, una penalización le mandó a la décima posición en la carrera larga. Solo seis puntos en todo el fin de semana.
A Márquez le cayó una sanción de 16 segundos después de la carrera del domingo por incumplir con las presiones mínimas de los neumáticos. Solo falló por 0,01 bares, pero fue suficiente. Además de a la mala suerte, este fallo es achacable a un error de cálculo que cometió el equipo de Márquez, y que se encontró con una carrera totalmente diferente a lo esperado.
Gresini creía que Márquez iba a rodar en grupo, pero se equivocó
Saliendo desde la séptima posición, Márquez tardó muy pocas vueltas en subir hasta la tercera plaza. Parecía la situación ideal, y seguramente entraba dentro de lo planificado, pero ese ascenso tan rápido terminó siendo el inicio de su pesadilla. Porque Pecco Bagnaia y Jorge Martín eran demasiado rápidos.
Normalmente, antes de cada carrera los equipos ponen las presiones de los neumáticos en previsión de lo que creen que van a enfrentar. Rodando en solitario las presiones bajan, mientras que yendo detrás de otro piloto suben. Todo apunta a que Gresini Racing esperaba una carrera en grupo para Márquez, así que se las puso demasiado bajas.
El problema fue que el grupo se rompió rápidamente. Que Bagnaia iba a ser más rápido que los demás lo podía prever cualquiera que hubiese visto los entrenamientos, pero también Jorge Martín se sacó de la manga un ritmo demasiado alto para Márquez. Así que al llegar a la tercera posición, el '93' se encontró rodando solo, no en grupo.
Por eso Márquez dejó pasar descaradamente a Fabio Di Giannantonio, y por eso luego se negó a adelantarle de nuevo, creando una situación bastante peligrosa en la que Maverick Viñales tuvo que evitar a ambos. Márquez necesitaba rodar a rebufo de alguien. Si giraba solo se saldría del margen de las presiones de las gomas.
El problema vino cuando al final de la carrera Enea Bastianini llegó como un obús, pasó a Márquez, le empujó fuera de la pista y dejó al '93' rodando en solitario irremediablemente. No había nadie por delante ni nadie por detrás, así que ahí Márquez sumó la vuelta que le faltaba para recibir la penalización, solo por 0,01 bares.
Una carrera totalmente condicionada por una mala elección de las presiones de los neumáticos que concluye en el peor fin de semana de Márquez con Ducati.