Los pasados test oficiales del Campeonato del Mundo de MotoGP en el circuito de Buriram volvieron a sacar en Yamaha los fantasmas a los que se enfrentaron durante la temporada pasada y que, además, a juzgar por los últimos resultados de pretemporada, vienen más fuertes que nunca.
Aunque a finales de enero parecía que habían encontrado el rumbo correcto, lo cierto es que Maverick Viñales y Valentino Rossi acabaron, tras los tres días en Tailandia, octavo y duodécimo respectivamente, algo que no les sitúa en buen lugar para la lucha por el título.
"Zarco ha conseguido entender la electrónica"
No pretenden engañar a nadie ni ocultar que tienen problemas, los dos pilotos del Movistar Yamaha MotoGP fueron los primeros en admitir que las cosas no iban bien y ahora es su team manager Massimo Meregalli el que viaja rumbo a Doha con más preocupaciones de las que quiera tener, y así lo ha reconocido en una entrevista para GP One.
La diferencia esta vez, según el italiano, es que "los dos pilotos se han quejado de cosas diferentes, lo que hace que tengamos que trabajar en dos direcciones". Así, trataran de sacar el máximo partido de las dos M1 siguiendo el camino por el que cada piloto se encuentre más cómodo.
En el caso de Rossi las dudas continúan siendo con la electrónica, mientras que en el caso de Viñales son con el chasis: "Valentino está muy contento con cómo conduce la nueva moto, pero ha sufrido desde el punto de vista electrónico. Maverick, sin embargo, no puede frenar bien ni hacerla girar como él quisiera. Ambos, sin embargo, están satisfechos con el nuevo motor y la velocidad máxima que garantiza", explicaba Meregalli.
Por si eso fuera poco, el team manager de Yamaha reconoce que en Tailandia también tuvieron problemas con las gomas: "Era un problema común para muchos equipos, pero a nosotros nos afectó más. Pensamos que Buriram iba a ser mejor circuito para nuestra moto, pero tuvimos más inconvenientes de los que esperábamos. El problema son los tres factores juntos: la M1, los neumáticos y el asfalto tailandés", decía apuntando a el porqué de su desventaja respecto a sus rivales.
Recalcando su voluntad de trabajar en los dos desarrollos, ya que además Viñales ha pedido el chasis del año pasado, Marinelli reconoce que "están listos para hacerlo", como ya tuvieron que comenzar a probar el año pasado en la medida de sus posibilidades, aunque sabe que "supone una dispersión de fuerzas porque tienes que trabajar en dos proyectos diferentes".
El italiano admite que no veremos grandes cambios en las monturas durante estos test de Catar, ya que "no han tenido tiempo para hacerlo, ni es el estilo de Yamaha", pero sí que trabajarán "para mejorar y también para entender el por qué va mejor". No quieren que les pase como en Tailandia, que en el segundo día Maverick consiguió el cuarto mejor tiempo "pero no entendíamos por qué", tal y como se vió al día siguiente.
A Marinelli tampoco se le escapa que Johann Zarco, en el Tech3, ha conseguido quedar por delante de las motos oficiales con una evolución al motor anterior al que ellos usan pero "con la misma base de electrónica", que luego cada piloto ajusta a su estilo y necesidades, y espera, en estos días de pruebas, dar con la tecla que parece haber encontrado el francés en esa parcela que ellos no terminan de entender.
Para ello sabe que "es importante arreglar los pequeños detalles, a veces retrocedes y resuelves todo", apuntaba el team manager, y recuerda que "hace tres años, tras las pruebas de Catar todos dijeron que el proyecto M1 había llegado a su fin, que necesitaba una revolución. ¿Qué pasó en esa temporada? Ganamos el título".
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