La decisión radical que salvó a Aprilia y hace soñar a lo grande a Aleix Espargaró en MotoGP: "Voy líder y soy candidato al mundial"
Cuando un piloto ha corrido 200 carreras en MotoGP y lleva ocho años seguidos corriendo en un equipo de fábrica parece imposible que nunca haya ganado una carrera. No por las oportunidades que haya tenido, sino porque hay que tener algo muy especial para seguir tanto tiempo en un equipo de fábrica sin ganar.
Ese es Aleix Espargaró, o más bien lo era hasta este Gran Premio de Argentina, en el que dio la sorpresa más anunciada de la historia. La travesía de Espargaró con Aprilia ha sido una epopeya llena de penurias, pero en las últimas temporadas se estaban empezando a ver una progresión que un histórico 3 de abril de 2022 ha culminado en victoria.
La radical Aprilia RS-GP 2020 rescató la carrera de Aleix Espargaró y el proyecto de Noale
La victoria de Aleix Espargaró no ha sido un Óscar honorífico. No ha sido un premio a uno de nuestros veteranos que con pasión lo intentó, mucho lo mereció pero nunca lo logró. Ha sido mucho más. Porque a Espargaró y Aprilia no les ha llovido la victoria del cielo, no se han caído otros pilotos o ha habido una carambola rara. Han sido puras matemáticas.
Aprilia ha recortado las distancias con la victoria minuciosa y constantemente, como un metrónomo. En el pasado Gran Premio de Catar el propio Espargaró logró la menor distancia de toda la historia de Aprilia con el ganador de la carrera. Las cuentas no fallaban: con una décima más de velocidad por vuelta, el ganador sería Espargaró. Y en Argentina llegó.
Hasta llegar a este punto ha habido muchos golpes de timón por el camino y batacazos duros, como el de que KTM, que entró en MotoGP dos años después de Aprilia, ganase su primera carrera ya en 2020, dos años antes. Los naranjas tan solo tardaron cuatro años, los de Noale han necesitado ocho.
Y es que el proyecto de Aprilia en MotoGP nació con una traición. El gran ingeniero encabezado a liderar a los de Noale era un tal Gigi Dall'Igna, que seguramente a muchos les suene. El genio italiano llevaba muchos años enrolado en Aprilia, pero cuando llegó la oportunidad de trabajar en MotoGP prefirió aceptar una oferta de Ducati.
Sin Dall'Igna, Aprilia entró a MotoGP ya perdida. Sus primeras temporadas fueron un desfile de pilotos sin progreso: por Noale pasaron Álvaro Bautista, Stefan Bradl, Marco Melandri, Sam Lowes y Scott Redding con más pena que gloria. Aunque la temporada 2016 sí que fue bastante buena en puntos (no superada hasta 2021), la distancia con el podio era sideral.
No longer a dream but reality 🙌
— MotoGP™🏁 (@MotoGP) April 3, 2022
After 200 starts in the premier class @AleixEspargaro finally joined the list of Grand Prix winners 🏆 #ArgentinaGP 🇦🇷 pic.twitter.com/GGUqAlrSPe
Fue la entrada de Aleix Espargaró en 2017 lo único que dio estabilidad. El catalán venía rebotado de Suzuki, donde formó una pareja icónica con Maverick Viñales, y se puso a trabajar con el único objetivo de reeditar ese trabajo de desarrollo. Con la diferencia de que la Aprilia no era un cuatro en línea como Suzuki, sino un V4.
En su primera carrera con Aprilia llegó ya el mejor resultado de la historia de la marca, un sexto puesto que luego reeditaría en Aragón. Hasta en siete carreras se metió Espargaró en el top diez en solo su primer año. Aprilia seguía picando piedra, pero no se veía una dirección clara y se empezaba a barruntar lo que finalmente pasó: que KTM ganaría antes.
Aleix Espargaró estuvo a punto de rendirse. Él mismo ha confesado que en 2020 se planteó seriamente no renovar su contrato y dejarlo allí, con 30 años. Incluso renovando por dos temporadas más, como finalmente hizo, explicitó que se retiraría al final de ese periodo. Es decir, en diciembre de 2022. Probablemente haya cambiado de idea, y en su derecho está.
Porque Aprilia también ha cambiado. Después de cinco temporadas sin pena ni gloria, sin ningún progreso, algo hizo click en Aprilia: Gigi Dall'Igna se fue, pero podemos rescatar su filosofía. Llegó Massimo Rivola del equipo Ferrari de Fórmula 1 y cambió el paradigma: si Aprilia fracasaba en MotoGP, no iba a ser por no arriesgar.
Muy pocas motos han desatado tanta expectación en el paddock como la revolucionaria Aprilia RS-GP 2020. Aquello rompía completamente con lo que nadie había visto nunca en MotoGP: los aletines se había convertido en un alerón delantero al más puro estilo Fórmula 1 y todo el carenado era inexplicable hasta para los más expertos.
Llegó un nuevo revés con el positivo por dopaje de Andrea Iannone, el piloto que parecía destinado a darle estabilidad a la pareja de Aprilia. Tuvieron que tirar con Bradley Smith primero y Lorenzo Savadori después, sin mucha fortuna. Pero el trabajo hiper motivado de Aleix Espargaró pronto comenzó a dar sus frutos.
2020 fue un año para arreglar las deficiencias de ese nuevo motor, aún frágil y mucho menos potente que los otros V4, pero en 2021 Espargaró ya estuvo listo para luchar. Merodeó el podio en muchas carreras y finalmente lo consiguió en Silverstone. Muchos creían que era el final del camino, pero él ya advirtió: "Ahora quiero ganar". Y ha cumplido.
Aleix Espargaró va a por el mundial sin nada que perder
Por eso, cuando Espargaró habla de "hacer algo grande en Valencia" la prudencia manda a no llevarle la contraria. No, ni Aleix Espargaró ni Aprilia son los favoritos para ganar este mundial de MotoGP, y en Austin, un circuito que en 2021 les fue muy mal, seguramente se demuestre. Pero son candidatos y no tienen nada que perder.
DREAM ACHIEVED! 🙌
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200 premier class starts later and @AleixEspargaro officially joins the elite! 🥇#ArgentinaGP 🇦🇷 pic.twitter.com/NrrWW8KS4m
Espargaró está pilotando mejor que nunca en 2022. Sería un tópico decir que mejora con los años, como el buen vino. Más bien el piloto catalán tiene la tranquilidad del que ha estado años recibiendo en la visera los impactos de las virutas de los neumáticos de los demás. Son muchas carreras acabando decimoquinto, y ahora puede ganar. Puede gozar.
"El sábado por la noche me decía a mí mismo que lo disfrutase. Que disfrutase de la pole, de ser el más rápido en pista, de no tener a nadie por delante. Tranquilo". Esa es la actitud que hace a Espargaró un rival muy peligroso para este mundial: está disfrutando, se lo está pasando bien y no tiene nada que perder.
De momento, en dos carreras en seco Espargaró lleva un cuarto puesto y una victoria, e incluso en la lluvia, que no es su especialidad, se apuntó una buena novena posición. Es el truco de esta nueva era de MotoGP: nadie puede dominar, las motos están muy parejas y cada punto vale oro. Se acabaron los mundiales con doce victorias del campeón, y este terreno es fértil para Espargaró.
"Hace cinco años decían que el sueño de ser campeón era imposible. Pues no digo que lo vayamos a ganar, pero estamos ahí por méritos propios, voy líder y soy uno de los candidatos", decía un eufórico, y por lo tanto sincero, Espargaró al terminar la carrera. Ahora le toca gestionar el éxito, algo que no había tenido que hacer en sus 284 carreras anteriores en el mundial.
Con Yamaha perdida, con Pecco Bagnaia encontrándose y con Marc Márquez de lesión en lesión, nadie le podrá negar a Espargaró sus opciones. La pista dictará sentencia, pero de momento Aprilia sonríe. Todos sus objetivos ya están cumplidos en solo tres carreras, rezuman optimismo y no hay nada más peligroso que alguien que es feliz.
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