Ya tenemos la última carrera del Campeonato del Mundo de MotoGP antes de que los pilotos disfruten de unas merecidas vacaciones. Como bien sabéis, el lugar de celebración del Gran Premio de Alemania será el circuito de Sachsenring, una pista que se inauguró allá en el lejano año 1927 y que forma parte permanente del calendario del mundial desde 1998.
Con diferencia, es el trazado más corto del mundial con sólo 3.671 metros de cuerda y su pista estrecha y sinuosa les pone las cosas difíciles a los corredores. Combina 10 curvas a izquierdas con sólo cuatro a derechas con dos secciones bien diferenciadas. La primera parte es muy técnica con curvas de poco radio enlazadas una tras otra y el segundo tramo mucho más recto, rápido y con fuertes aceleraciones.
Sachsenring, la pista más corta de todo el calendario
Buena parte de la dificultad de esta pista reside en que ocho de las 10 primeras curvas de izquierdas se concentran en la primera sección, muy seguidas, se suceden de manera constante una tras otra. Cinco curvas a la izquierda consecutivas y llega una rápida de derechas con el flanco del neumático frío. Un punto donde se suceden año tras año las caídas.
Para los frenos tampoco es precisamente un paseo por el campo, ya que los puntos de alta exigencia se reducen a tres en toda la pista, lo que hace que la temperatura de los discos varíe y cueste más de lo normal mantenerlos dentro de su rángo de funcionamiento óptimo.
Pese a ser una pista corta y relativamente lenta ya que sólo se alcanzan velocidades punta cercanas a los 260 km/h, los técnicos de Brembo evalúan la dificultad del trazado como de nivel medio para los equipos de frenos, 3 sobre 5 en la escala de exigencia, con una media de 10 minutos de frenadas por carrera y 1 g acumulada sobre la maneta derecha al final de cada prueba.
De las ocho frenadas que se realizan por cada vuelta, cuatro son de complejidad media y otras cuatro son fáciles. La deceleración más contundente de toda la pista como era de esperar es la posterior a meta, donde los pilotos deceleran de 293 km/h a sólo 73 km/h durante más de 5,4 segundos y 259 metros. Una distancia que equivale a 3.600 jarras de cerveza puestas una tras otra. En este punto la fuerza que aplican los pilotos es de 6,4 kg.
En el lado contrario del circuito, en las curvas 12 y 13, las velocidades de aproximación no son tan altas (285 km/h y 221 km/h), pero se aplica la misma fuerza (6 kg).
El resto de ángulos resultan bastante más asequibles, especialmente la curva 2 donde sólo se aprieta el equipo de frenos con una fuerza de 1,1 kg y la curva 9 en la que sólo se frena durante un segundo.