La temporada 2017 no ha sido nada fácil para Álex Rins. El piloto barcelonés se estrenaba por primera vez sobre una MotoGP a lomos de una Suzuki con mucha ilusión y mucas ganas pero, a veces, eso no es suficinte para alcanzar el éxito.
Las lesiones han sido las principales protagonistas de un año en el que lo más importante tendrían que haber sido las buenas sensaciones sobre la moto y dar así un salto en este 2018. Pero Rins no se rinde fácilmente y, pese a todo, para esta próxima temporada espera dar ese gran paso y llegar a los puestos de podio.
Una primera mitad de campeonato marcada por las lesiones
Tras acabar tercero en el Campeonato de Moto2 en 2016 Álex Rins se subió a la MotoGP en el mismo circuito de Cheste para comenzar la pretemporada de 2017. Al segundo día ya comenzó su mala suerte con una caída que le obligaría a pasar por el quirófano tras un aplastamiento de las vértebras T8 y T12.
Llegó en perfectas condiciones al inicio del campeonato en el Gran Premio de Catar y, a pesar de la lluvia, consiguió acabar noveno tras clasificarse en parrilla en décimo octava posición. Lo peor vendría días después, cuando se fue al suelo entrenando motocross con su Suzuki RM-Z. Una fractura parcial en su tobillo derecho, en el hueso astrálago, hacía peligrar su participación en el Gran Premio de Argentina.
Una semana después llegaba la noticia de que Rins estaría en Termas de Río Hondo aunque no al 100%. De hecho fin de semana lo pasó con muchos dolores, consiguiendo sólo salir vigésimo tercero, y finalmente en carrera decidió abandonar. Sería la última carrera que disputaría hasta el Gran Premio de Holanda aunque él todavía no lo sabía.
Ese mismo mes de abril volvió a sufrir una nueva lesión en el Gran Premio de las Américas. En la tercera sesión de libres sufrió una fuerte caída que tuvo como consecuencia una dislocación del cúbito y el radio de su brazo derecho con fractura de muñeca incluida. Esto le obligó a pasar de nuevo por quirófano y perderse hasta cinco carreras. La recuperación fue más lenta de lo previsto, ya que en principio en Suzuki contaban con que sólo se perdiese tres carreras, pero finalmente fueron cinco los Grandes Premios que no pudo disputar.
El resto del año fue más tranquilo para Álex Rins. Con la continuidad que no había podido tener hasta entonces fueron llegando mejores resultados, un quinto puesto en el Gran Premio de Japón y una cuarta plaza para finalizar el año en el Gran Premio de Valencia, superando además a su compañero de equipo, le dieron la confianza que necesitaba para afrontar esta nueva temporada con optimismo.
Esas ganas de quedarse con lo bueno las ha plasmado en la revista de Suzuki en donde admite haber "aprendido mucho en este año" plagado de dificultades. Además, a pesar de las lesiones y los malos momentos está muy agradecido a la marca nipona por haberle permitido "hacer su sueño realidad" al convertirse en piloto de MotoGP.
Tampoco oculta sus aspiraciones de cara a la temporada 2018 en la que espera "ser capaz de pelear por los puestos de podio" y de este modo "devolver a Suzuki todo el esfuerzo y la confianza que han puesto" en él. Sin duda sería una gran alegría para su equipo que no ha conseguido estar entre los tres mejores desde el Gran Premio de Australia de 2016 con la tercera posición de Maverick Viñales.
De momento, sin la llegada de buenos resultados Suzuki volverá a disfrutar de las concesiones que el Mundial de MotoGP ofrece a los nuevos fabricantes. Gracias a esto Álex Rins y Andrea Iannone tendrán nueve motores, en lugar de siete, y no tendrán límite de entrenamientos una vez comience la temporada 2018.