Mientras el futuro eléctrico del resto de marcas de moto parece una incógnita porque no hay nada marcado, Suzuki tiene bien claras sus intenciones. Los de Hamamatsu han anunciado que quieren tener de aquí a 2030 ocho modelos de moto totalmente eléctricos, aunque no terminan de renegar del todo de los motores de combustión interna.
El repentino adiós del mundial de MotoGP era solo un aviso de lo que ya se venía rumoreando: el futuro verde de la marca. Ahora toma forma oficialmente con el anuncio de los japoneses y anuncian oficialmente la llegada de su primera moto eléctrica. También afectará a su división de coches.
También tienen un plan para salvar a las motos de gran cilindrada
Los de Hamamatsu han aprovechado para anunciar el plan, y con él, la primera moto eléctrica de la marca en 2024. No han especificado nada respecto a ella, solo que será eléctrica. Más allá de eso, supone algo simbólico: la primera moto enchufable de las ocho que han anunciado para 2030, y con la que la marca empezará su andadura en el mundo de las eléctricas. La primera piedra de ese proyecto tan rumoreado.
Invertirán mucho dinero en sacar su plan verde adelante. Unificando el proyecto de coches, tienen pensado invertir más de 14 billones de euros en investigación y desarrollo; 17 billones de euros en gastos de capital hasta 2030, de esos, casi 3.5 billones de euros en inversiones para baterías. Por último, han desglosado otros 14 billones a conseguir la neutralidad en carbono y otros 17 irán destinados a instalaciones. En total, más de 60 millones hasta 2030 para todo el proyecto.
En este contexto ahora se entiende el adiós de Suzuki a las competiciones deportivas. Para gastar 30 millones de euros de aquí a 2030 se han visto obligados a prescindir de bastantes operaciones. Solo MotoGP, como la punta de lanza de sus proyectos deportivos supone un presupuesto de más de 10 millones de euros.
Su trabajo estará en motos de pequeño y mediano tamaño. Muy representativas las palabras de Paul de Lusignan, director de Suzuki en Gran Bretaña: "No puedo hablar de futuros modelos, pero en general el paso de las motos deportivas a las motos de aventura y luego a la popularidad de las motos de peso medio... Hemos visto que eso está ocurriendo y vamos a desarrollar modelos que van a atraer a los clientes en el futuro... mercados en los que no estamos actualmente, seguro".
No todo será verde ni Suzuki dejará de lado a las motos de alta cilindrada. En su comunicado han incidido en que buscarán soluciones para las motos grandes, remarcando, naturalmente, su compromiso con la sostenibilidad. El mensaje está más que claro, sostenibilidad. Pero, ¿cómo?
Las palabras de Nobuo Fuji, director de marketing de la marca para Europa, Oceanía y Norteamérica no fueron en vano. Cuando todavía no se sabía a ciencia cierta qué es lo que pasaría con el futuro de la marca, el hombre dijo que "la neutralidad en carbono no es sólo electrificación. Por el momento, Suzuki está estudiando varias posibilidades, en función de la cilindrada del motor".
Eso significa que dejarán la puerta a las motos de gran cilindrada, pero sin perder el objetivo de sostenibilidad. En resumen, que investigarán cómo propulsar las motores de combustión interna con tres soluciones principalmente: gas natural comprimido, biogás y una mezcla de etanol.
Este anuncio se trata de algo más que una declaración de intenciones; también es una explicación de todo lo que no hemos entendido a lo largo de los meses pasados, empezando por esa actitud de rechazar todo lo que tuviese un motor de gasolina. El último bastión fue la GSX-R 1000, un icono que dejó de producirse por Suzuki en mercado europeo por la normativa Euro 5, y un reflejo también de la dejadez a la que está sometiendo sus motos icónicas.
Desde Suzuki dijeron entonces que las motos deportivas de litro han dejado de ser motos deportivas para las masas, y que solo gente selecta con medios puede comprarlas. “Es una pena”, valoran, reflejando en pocas palabras toda la estrategia que están siguiendo dando carpetazo a todas las competiciones y motos deportivas.
Detrás de todo esto los números de motos vendidas no son favorables en los últimos nueve años porque la tendencia a nivel global ha sido negativa para Suzuki, aunque capeando el panorama general de las motos. Mientras en el 2012 eran capaces de vender 2 millones de motos, en el 2019 (año pre pandemia de referencia) 1,5 millones. En 2020 ese número bajó a 1,3 millones de ventas.
El panorama general es bastante distinto, e incluso positivo en la lucha entre las Big Four japonesas. En 2022 Suzuki no estaba tan mal en números de ventas, incluso mejor que Kawasaki. Mientras Honda era la que más motos vendía (16,8 millones), Yamaha era la cuarta (4,1 millones de motos) y Suzuki la séptima (1,7 millones de motos). La otra japonesa, Kawasaki, ni siquiera estaba en el top 10. Y sí lo estaban muchas chinas como Yadea (6,1 millones) o Hero (5,1 millones).