KTM, el gigante europeo de las motos, está viviendo días intensos. Con una deuda astronómica que alcanza los 2.200 millones de euros (revelada en la última auditoría, según GP One), la empresa austríaca no solo necesita una buena dosis de adrenalina, sino también un rescate financiero urgente para evitar que el motor de su negocio se apague definitivamente.
El lunes 27 de enero, en la llamada "Casa de las Marcas" de Munderfing, se celebró una asamblea general extraordinaria de Pierer Mobility AG, la matriz de KTM. ¿El objetivo? Poner en marcha una estrategia de reestructuración que haga frente a los retos colosales que la compañía enfrenta este 2025. Y de allí salieron muchos pormenores importantes.
A partir de febrero, un paso en falso puede matar a KTM
El plan es claro: Pierer Mobility busca emitir casi 17 millones de nuevas acciones para recaudar 600 millones de euros, con la esperanza de apaciguar a los acreedores, que ya han perdido parte de la paciencia. Las condiciones son duras: los acreedores aceptarán una compensación del 30% del pasivo total.
La deuda total de KTM no es para tomársela a la ligera: asciende a 2.200 millones de euros, una cifra que haría temblar a cualquier gigante industrial. Eso son más de los 1.800 millones de los que se hablaba en un principio.
Por eso, para empezar a aliviar esta carga, Pierer Mobility ha lanzado una ampliación de capital de 600 millones de euros, confiando en que este "dinero fresco" calme un poco a los acreedores y permita avanzar en su plan de reestructuración.
Sin embargo, esta inyección de capital es apenas un parche en un problema mucho mayor, y la verdadera pregunta es si será suficiente para evitar que la empresa colapse.
Y por si fuera poco, Stefan Pierer, el veterano líder que convirtió a KTM en el mayor fabricante de motocicletas de Europa, ha cedido las riendas a Gottfried Neumeister, quien deberá demostrar que su experiencia en el mundo empresarial (y hasta en aerolíneas) puede aplicarse a una industria tan distinta como la de las dos ruedas.
La reestructuración viene con recortes: de los casi 6.000 empleados que tenía la compañía, quedarán alrededor de 4.000. Además, la producción de motocicletas para este año será de 250.000 unidades, una cifra bastante más modesta en comparación con sus años dorados. Parte de la fabricación también se trasladará a Asia, buscando reducir costes.
Mientras tanto, el banco de inversión Citigroup sigue buscando inversores dispuestos a apostar por KTM. Hasta ahora, se han recibido 23 propuestas, con nombres importantes como Bajaj Auto de India y el fabricante chino CFMOTO, ambos socios de larga data de KTM.
El reloj no se detiene. KTM tiene hasta el 25 de febrero para garantizar la liquidez suficiente que le permita mantenerse en pie. Según la Asociación de Protección de Crédito, la empresa debería sobrevivir hasta la octava semana del año, pero después de esa fecha, cualquier movimiento en falso podría significar el fin del camino.