Seguridad ciudadana antes que seguridad vial. Es la conclusión a la que muchos lectores podrían llegar tras leer el curioso caso de hoy, que tiene que ver con la prohibición de los cascos en una turística ciudad de Filipinas.
Y es que allí han prohibido con efecto inmediato utilizar casco integral a los motoristas (justo al contrario de lo que ha sucedido en España). La culpa la tiene un terrorista, una granada y el casco que llevaba puesto a la hora de atentar.
Una granada, un casco integral y una ley para perjudicar a los motoristas
En España la Dirección General de Tráfico ha prohibido los cascos abiertos o de tipo jet, en favor de los cascos integrales. La DGT cree que protegen mucho más al cubrir toda la cara. Pues en otras partes del mundo no opinan lo mismo, y optan por la seguridad ciudadana antes que la vial.
Es el caso de Bacolod, una ciudad costera de Filipinas, con más de medio millón de habitantes.
La apodada como 'Ciudad de las Sonrisas' la perdió cuando hace tan solo unos días un terrorista lanzó una granada en una zona concurrida, tal y como informa el medio nacional The Manila Times.
El incidente se saldó con tres personas heridas de gravedad y dos vehículos a los que afectó la explosión. ¿Y qué tiene que ver eso con las motos y la prohibición de usar un determinado tipo de casco? Porque quien tiró la granada utilizó una moto para hacerlo, y llevaba un casco integral con el que se cubrió la cara. Eso enfadó mucho a las autoridades.
Al final el hombre fue detenido, no sin antes complicar enormemente la labor policial para identificarlo a causa del casco que le cubría la cara. Así que los gobernantes locales cortaron por lo sano: han sacado una ley que prohíbe utilizar cascos integrales para que no vuelvan a suceder este tipo de atentados en las calles y les sea mucho más fácil identificar al autor.
La llamada 'Orden Ejecutiva 86', emitida tan solo un día después del incidente, prohíbe utilizar cascos integrales dentro de los límites de la ciudad. Y las motos, daño colateral: también han reducido el límite de velocidad máximo a 40 km/h.
Así que a los motoristas de la ciudad filipina solo les queda una opción si quieren ir en moto: utilizar un casco que no sea integral y que no les proteja la cara en caso de accidente. Exactamente todo lo contrario que aquí en España.
Esta idea atenta totalmente contra la seguridad del motorista, al menos desde nuestra perspectiva occidental. Sin embargo, allí, la situación es distinta. Los scooters son muy accesibles, y son el principal vehículo de fuga de los delincuentes. Eso hace que la tensión política y civil la divida una finísima línea.
En consecuencia, prohíben el uso de cascos integrales. Un maleante no dejará de serlo por impedirle llevar un casco integral o no, pero un motorista que se accidente sí podría diferenciarse entre salvarse o no de un mal golpe a causa de llevar un casco integral.