El récord de Nürburgring en moto se marcó con una Yamaha R1 reparada hace años. Desde entonces miles de moteros lo han intentado sin éxito

El récord de Nürburgring en moto se marcó con una Yamaha R1 reparada hace años. Desde entonces miles de moteros lo han intentado sin éxito
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Uno de los récords más mundanales, con los que todo aficionado al motociclismo podría soñar, es el de marcarse la vuelta más rápida en el mítico trazado de Nürburgring, en el correctamente apodado 'Infierno Verde'. Desde 2012 nadie ha sido capaz de mejorarlo. Nadie.

En Nürburgring se guarda su nombre como uno de los hombres imbatibles. En décadas nadie ha sido capaz de superar a Andy Carlile. Primero reventó el crono con una Suzuki GSX-R600 K7 en 2009, y en 2012 repitió la hazaña con una Yamaha R1 2005.

Ventajas de ser empleado de Nürburgring Nordschleife

Surcar los 20 kilómetros del trazado alemán de Nürburgring Nordschleife es para muchos un sueño. Para otros es prácticamente su día a día; no es que vivan allí, pero suelen entrar asiduamente a rodar con sus motos cuando abre la temporada en su tradicional 'Anlassen' que este pasado año rompió récords con 45.000 moteros rodando al mismo tiempo.

Uno de estas personas es Andy Carlile, un británico afincado en Alemania por trabajo que encontró su particular paz (y guerra) interior en el 'Infierno Verde', donde también trabaja. Probablemente se sepa el trazado como la palma de su mano, o incluso mejor. Por eso nadie le ha robado el récord en moto desde hace 15 años; una década y media.

Andy es el vivo ejemplo, encarna esa popular frase de que "no es la flecha, es el indio". No hacen falta motos de 1.000 centímetros cúbicos para romper los registros. En 2009 batió el récord por primera vez con una 600 cc: una Suzuki GSX-R600 de 599 cc, con motor de cuatro tiempos y 124 CV. Entonces paró el crono en 7 minutos y 17 segundos, que ya es.

Quizá no esté a la altura de cualquiera, porque tiene truco: Andy podía entrar al circuito tantas veces como quisiera. Como trabajaba en la pista, le dejaban el "acceso casi ilimitado por el precio del pase de un año". Y una cosa llevó a la otra y... "Algunos miles de vueltas" al circuito.

Carlile 2 2024

En 2012 volvió a intentarlo, esta vez con una Yamaha R1. Y no una cualquiera. No era una versión especial, ni siquiera estaba del todo modificada. Era una moto desguazada que el británico rescató de un accidente porque andaba justo de presupuesto, y la preparó hasta arriba.

Realmente no tenía nada de especial. Lo único que hizo fue rehacerla, y cambiar las suspensiones originales por unas Nitron, le puso un escape Akrapovic para que sonase mejor, unas llantas de carbono y el Power Commander para mejorar la inyección.

El motor no tiene cambios, pero sí el chasis en cuanto a posición y ergonomía, para hacerla más cómoda para el piloto. La moraleja que nos deja es bastante clara: más vale una buena posición encima de la moto que muchos caballos de potencia. Y sin nada más, creó su propia historia.

Muchos intentos y una sola toma buena: paró el crono, vídeo incluido, en los 7 minutos y 10 segundos, que se miden el puente y el pórtico. Lo consiguió: era el 13º vehículo de producción legal en carretera más rápido en Nürburgring. De hecho, sigue siendo más rápido que un Nissan GT-R 2011. Y para quienes no se lo crean, hay vídeo; todo un documento gráfico a lo 'vintage'.

Para hacernos la idea, los 7 minutos y 10 segundos de Carlile no andan muy lejos de los 5 minutos y 19,55 segundos, que es el récord absoluto del trazado, a bordo de un Porsche 919 Hybrid Evo. En cualquier caso, no hay moto que haya podido batir a esa R1 desde entonces.

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