No es el primer rumor que surge al respecto pero desde luego ahora suena con más fuerza que nunca. Los del ala dorada supuestamente tendrían lista una nueva Honda CBR600RR que podría presentarse a lo largo del año y que puede traer sorpresas.
Y es que la supersport se ha mantenido en otros mercados pero desde 2016 dijo adiós al europeo con las restricciones de emisiones de Euro 4, una montura que prácticamente se mantuvo fiel al modelo que llegó 2012. Quizá la podemos ver de nuevo en Europa…
Si llega, en Europa se colocaría como rival de la Yamaga R6
En 2018 se escuchaban ya algunas voces que apuntaban a la llegada de una profundamente renovada Honda CBR600RR pero dos años después todavía no hay ni rastro de ella. Eso sí, ahora los rumores son mucho más alentadores y no hablan de largos plazas sino de apenas semanas o meses.
Y es que los japoneses podrían presentarla oficialmente a lo largo de este año, puede que coincidiendo con alguna de las carreras del campeonato de superbikes nipón. De ser así, y sin ningún detalle oficial sobre lo que podría avecinarse, esperaríamos una montura al puro estilo Honda, con un bloque de cuatro cilindros en línea y una potencia seguramente por encima de los 94 CV de la Honda CBR650R, aunque no superior a 120 CV. De esa manera haría frente a la Yamaha YZF-R6, que ofrece 118 CV, pesa 190 kg y cuesta algo menos de 16.000 euros.
Y si se adapta a la normativa de emisiones Euro 5, entonces la jugada ya sería redonda para los del ala dorada y para los europeos que llevan esperando el regreso de esta deportiva, que se pondría a la venta, poniendo el ejemplo de España, por encima de los 9.100 euros (CBR650R) y muy por debajo de los 24.500 euros que cuesta la Fireblade de 'un litro', tal vez un 40% menos y en el mejor de los casos.
Cabe decir que la última '600' del fabricante que pisó nuestro continente incorporaba un bloque de cuatro cilindros en línea, cubicaba 599 cc y tenía un rendimiento de 118 CV. Su precio era de unos 13.000 euros pero con toda la evolución que ha habido en materia de electrónica (control de tracción, ABS, plataforma de medición inercial IMU...) y las necesarias adaptaciones del motor a la normativa Euro 5, el coste puede verse disparado en la deportiva de cilindrada media. Eso, en el caso de que quiera estar presente en mercados más allá del asiático y el norteamericano, donde son más laxos en cuanto a normas de contaminación se refiere.
Como sea, parece claro que mantendrá una estética similar a la de la Honda CBR1000RR-R, sin renunciar a la salida de escape bajo el colín para no perder su sello de identidad, además de completarse con un chasis actualizado, con suspensiones firmadas por Showa y con luces de tipo LED, entre otros componentes más modernos.
¿Quién no querría de vuelta esta moto?
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