Una nueva Honda CBR1000RR Fireblade podría llegar en 2019 dispuesta a romper la barrera de los 200 CV
Desde hace tiempo se lleva rumoreando con la posible irrupción de una nueva superdeportiva japonesa, la más popular de las Superbikes de serie. La Honda CBR1000RR Fireblade podría dejar paso a un modelo derivado de MotoGP como ha hecho Ducati con la Panigale V4, pero lejos de materializarse este sueño húmedo Honda podría haber optado por una opción más razonable.
Dos años después de la aparición de las renovadas Fireblade con poco más que un lavado de cara, la Honda CBR1000RR Fireblade podrían recibir, por fin, una actualización completa. Recordemos que la base del modelo actual data de 2008, más de 10 años.
Más potencia y mejor aerodinámica para la Honda CBR1000RR Fireblade
Durante la pasada temporada 2017, Honda estuvo tanteando la posibilidad de impulsar su proyecto de Superbikes. El fabricante japonés llevó en manos de Takumi Takahashi algunas novedades a la moto del certamen de derivadas de la serie cuando Stefan Bradl causó baja en el equipo Red Bull Honda WorldSBK. Precisamente fue Bradl antes de su retirada de WSBK, actual probador de Honda en MotoGP, que su CBR1000RR recibiera las novedades y el apoyo de fábrica con el que sí contaban las motos de las 8 Horas de Suzuka.
Algunas fuentes procedentes de Japón apuntan a que en el próximo Salón de Milán de 2018 una nueva Honda CBR1000RR Fireblade será desvelada este otoño, y será una moto completamente nueva con la que la marca podría dar un notable salto adelante dentro y fuera de los circuitos.
Pese a ser la fábrica más poderosa en el Campeonato del Mundo de MotoGP con una RC213V que parece condenada a la victoria, la postura de Honda en lo que se refiere a las motos derivadas de la serie siempre ha sido mucho más conservadora. La gama de motos de calle de Honda es que mejor encarna la racionalidad japonesa, con motos excelentes para su uso en vías públicas pero cuyas deportivas no deslumbran en circuito.
Sin ir más lejos, y pese a ser el fabricante de motos más grande del mundo, Honda no dudó en liquidar a la ultra-popular CBR600RR casi al unísono con la GSX-R600 de Suzuki mientras Kawasaki y Yamaha han renovado o van a renovar sus monturas de Supersport. Honda simplemente ya no cree en ese concepto de moto de cilindrada media radical.
La falta de competitividad en pista ha sembrado entre los equipos de competición fieles a Honda la semilla de las críticas ante una moto que aunque cuenta con las versiones SP1 y SP2 sigue muy por detrás de su competencia, especialmente en lo que se refiere al motor.
Para solventar el déficit de potencia con respecto a las demás marcas, Honda podría introducir un nuevo propulsor de cuatro cilindros en línea llevado hasta mucho más potente, con la mirada puesta en superar los 200 CV. En el seno de la fábrica ya habrían clasificado esta meta como "fácil de lograr".
Actualmente la Honda CBR1000RR Fireblade cuenta con 190 CV declarados para 196 kg en orden de marcha (cifras algo mejores en las SP1 y SP2, pero no deslumbrantes); la Ducati Panigale V4 puede alcanzar los 214 CV (226 CV con el motor de serie y el kit de circuito opcional) para 175 kg en seco (198 kg en orden de marcha). Con BMW habiendo confirmado también una nueva S 1000 RR dispuesta a colocarse de nuevo entre las mejores motos del WSBK, Honda debe reaccionar.
La Fireblade destaca hoy por ser una de las motos más compactas de la categoría. Honda mantendría este aspecto pero mejoraría la aerodinámica, una reclamación que viene directa del British Superbike Championship. El piloto Jason O'Halloran lleva ya tres carenados en su moto del BSB buscando una mejor protección, mientras que en road races los pilotos de Honda han criticado duramente la falta de apoyo en el tren delantero que compromete la estabilidad a altas velocidades y especialmente en curvas rápidas.
En esta supuesta moto de 2019 Honda introduciría un nuevo frontal en el que la admisión del ram-air pasaría a colocarse en la parte central como ya ocurrió con las CBR600RR. Las ventajas serían dos: aumentar la presión de aire en la admisión y disminuir el flujo que provoca la inestabilidad.
A nivel de electrónica también se espera un pequeño salto hacia delante para ponerse al nivel de las mejores, aunque contando con soluciones propias como el control de par (que no control de tracción) en el que Honda lleva confiando los últimos años.
Para seguir ahondando en el peso reducido, a partir de 2019 la versión SP2 compartiría el mismo motor que la Fireblade normal (no como ahora), y sus cambios se centrarian en mejores componentes en la parte ciclo y, quizá, un carenado completo de fibra de carbono para reducir el peso en orden de marcha hasta 186 kg.
Ya estamos deseando que llegue noviembre para ver qué nos va a desvelar Honda del 6 al 11.