El día que Honda hizo una moto de seis cilindros que retumbaba como un caza, y un japonés se enfadó tanto que la hizo sonar como un Porsche

El día que Honda hizo una moto de seis cilindros que retumbaba como un caza, y un japonés se enfadó tanto que la hizo sonar como un Porsche
3 comentarios

A las fábricas japonesas de motos se les atribuye constantemente el mismo concepto en su máxima expresión: fiabilidad, potencia y exotismo. No es casualidad. Y la prueba es la Honda CB1000X, la moto de 1978 que sacó a Honda del estancamiento en el que estaban metidos.

La marca era consciente de que algo no iba bien. Se quedaron estancados, demasiado "conservadores", decían ellos mismos. Entonces inventaron un auténtico cohete que, literalmente, sonaba como un caza de combate.

Para muchos, la mejor moto jamás fabricada por Honda

Las comparaciones son odiosas, pero ahora que Honda ha anunciado un futuro 100% eléctrico, el sector se ha quedado sorprendido. En 1978 les pasó algo parecido; se sentían tan estancados que buscaban la moto perfecta para revivir. Pero en esa ocasión fueron a lo grande. Y spoiler: lo consiguieron.

"Todo el mundo mira a Honda en busca de nuevas ideas, soluciones... Pero últimamente Honda ha avanzado con dificultad. El progreso no es lo mismo, ya no es emocionante", dijo el Sr. Kume, japonés de Honda. Evitar las analogías es imposible.

Así que su nuevo objetivo fue construir la moto de producción en serie más rápida disponible para la venta en cualquier parte del mundo. Llegaron a hacerlo por un breve período de tiempo, hasta que Kawasaki le quitó el trono.

Así nació la Honda CBX, obra del joven ingeniero de 37 años Shoichiro Irimajiri, que con 24 años ya diseñaba los motores de carreras de seis cilindros de Gran Premio. Con los años se convertiría en el director gerente de Honda Motor Co.

Tras una reunión en Estados Unidos, el Sr. Kume volvió a Japón, donde reorganizó la plantilla de Honda en el país.  Puso a ingenieros que trabajaban en coches como el Civic y el Accord en la sección de motos. Y los más veteranos que trabajan en competición, pasaron a la producción de motos de calle. Irimajiri fue uno de ellos. El nombre más importante del proyecto.

La CBX era la reencarnación de los años de gloria en las carreras, pero aplicados a lo que realmente les interesaba a los japoneses: las ventas. Por eso decidieron hacer una moto de seis cilindros con la experiencia en MotoGP. Hacerla no fue fácil, y hubo problemas a diestro y siniestro.

Nueve hombres japoneses y cinco diseñadores idearon esta moto. Sacaron adelante un motor de 1047 cc, seis cilindros en línea con árbol de levas en cabeza y 24 válvulas que salía de todo lo racional, aunque su potencia era de 105 CV. Y todo metido en el cuerpo de una CB750, pero un poco más ancha. Les llevó demasiado tiempo; el cuerpo ya lo tenían, y el motor casi que también por la experiencia en competición.

Sin embargo, tomó aproximadamente 10 años. La idea inicial surgió a finales de la década de 1960, cuando Honda empezó a explorar la posibilidad de crear una motocicleta con un motor de seis cilindros. Este proyecto culminó en 1978 con la presentación oficial de la CBX 1000, que fue lanzada al mercado en 1979.

La idea era que la moto sonase como un caza de combate, literalmente. Irimajiri mandó a sus ingenieros a la base aérea de Hyakuri de la Fuerza Aérea Japonesa. Allí, estuvieron grabando durante diez días el sonido de los aviones de combate Phantom, y luego regresaron a la fábrica para diseñar un sistema de escape que pudiese duplicar ese sonido. Y lo consiguieron.

Honda Cbx 2 2024

"Lo escuché por primera vez y me sorprendió; habían recreado el sonido del Phantom a la perfección". El problema era literalmente que sonaba más que un caza. Llamaron al Sr. Kume: "Le dijimos que teníamos que queríamos que escuchara. Vino, escuchó y dijo: 'Habéis ido demasiado lejos. La sensación de ruido es demasiado. No podemos construir motos que suenen como aviones de combate'". Literalmente aquella moto sonaba como un avión.

Los ingenieros tuvieron que desechar el escape Phantom (hoy en día es como el Santo Grial que muchos coleccionistas buscan, y que está en las instalaciones del centro de investigación de Honda en Asaka) y se vieron obligados a construir algo más sensato.

Los probadores de la época laucinaron con aquella moto. Y en parte, que a Honda se la recoonozca como una de las mejores motos es gracias a esta CBX: "El motor CBX es tan sensible como uno de competición, el mejor motor de motocicleta que jamás haya llegado a la calle", decía el periodista L.J.K Setright.

Temas
Inicio