Parece que cuando hablamos de carreras de drag-race el contexto nos sitúa inmediatamente en Estados Unidos, pero no. En la cuna de las motos japonesas también son habituales a medir quién tiene la moto más rápida en línea recta. Buena prueba de ello es esta Suzuki Hayabusa.
Esta joya de segunda generación del halcón milenario japonés lleva partiendo las pistas 12 temporadas. 12 años yendo al corte y ganando carreras a diestro y siniestro. Puede que algo tenga que ver el sistema de óxido nitroso que lleva instalado.
La Suzuki Hayabusa puede circular por la calle a pesar de su descomunal preparación
Su aspecto físico es imponente. Esta Suzuki Hayabusa de segunda generación es toda una leyenda en Japón, ganadora de drag-races desde hace 12 temporadas. Bajo su carenado lleva una preparación milimétrica de casi 1.500 cc y 340 CV de potencia.
El motor de la Hayabusa de segunda generación cubicaba 1.340 cc de serie. Estos japoneses lo subieron hasta los 1.441 cc mediante diversas modificaciones como pistones forjados, bielas, embrague reforzado, y hasta nitro.
Sin duda que uno de los detalles más llamativos (sino el que más) es el sistema de óxido nitroso (NOS) que lleva instalado. Ahí está el truco de sus 12 temporadas de éxitos consecutivos; un tipo de sobrealimentación que inyecta la fuerza en el conducto de admisión, y la hace volar.
El Sr. Yokota, creador de esta barbarie sobre ruedas, dice que al eje trasero llegan 340 CV de potencia. Y gran parte de la moto es de serie; cigüeñal, cárter, válvulas... Y eso que no ha alcanzado la potencia máxima, que ronda los 450 CV.
"El motor de la Hayabusa es muy fiable, algo que ha quedado demostrado no solo con esta moto, sino sobre todo en las carreras americanas de drag racing", justifica el preparador japonés.
Estas motos se modifican hasta los topes, aunque están sujetas a ciertas limitaciones. Al estar inscritas en la categoría Street Bike Shootout Class (SBS) pueden circular por la calle, por eso mantienen faros, intermitentes y luces.
Basculante trasero modificado, una extensión de la carrocería hecha a medida, horquilla delantera invertida de origen de 43 mm, kit de embrague reforzado, discos y pinzas TOKICO de cuatro pistones, y una botella de óxido nitroso cargada para sobrealimentar a la moto. ¡Vaya bestia para ponerse a más de 300 km/h!