Hay motos bonitas, elegantes, diferentes o exclusivas. Unas hacen que te gires para verlas cuando su sonido ya llevaba un rato llamándote antes incluso de estar en tu campo de visión. Otras hacen que te gires, pares, mantengas la mirada y no puedas evitar pensar en voz alta la belleza que estás viendo. A ésta la podemos poner en cualquier grupo. Obra y antojo de los manitas de Deus Ex Machina lo que veis es la Cherry Red Bonneville.
De nuevo un trabajo exquisito donde el cariño y el buen gusto se aprecia en cada detalle. El fondo rojizo otorga el contraste perfecto y justo para que sobresalte entre la oscuridad del asfalto o brille sin vergüenza cuando el sol la encuentra dejando a la vista su corazón inglés. Triumph se puede leer sin esfuerzo en el depósito de una moto que meses atrás era una Kawasaki W650 sin un destino claro. Reconvertida por capricho en una Bonneville de pleno derecho ahora luce unos 865cc dedicados en exclusiva a los amantes de las dos ruedas.
Cuidada hasta el últimos de sus detalles no pierde ni una pizca del espíritu café racer. No hace uso de suspensiones de última generación, no lleva Öhlins, ni slicks. Tampoco le han incrustado media superbike italiana sino que se han centrado en seguir el original aspecto de las motos de los rockers. No está al alcance de todos, pero sin embargo es susceptible de ser encargada a tan famoso taller australiano para disfrutar de esta maravilla.
Puede que no alcance velocidades escalofriantes, que no se pegue al suelo como una lapa o que su posición no sea la más cómoda para conducir. No obstante lo que uno busca al enfrentarse a una Deux Ex Machina es la ilusión por pilotar, por sentir la mecánica, la dedicación y la entrega de quien la ha construido con mimo. Si esa es tu meta pongo la mano en el fuego a que no habrá nada ni nadie que te borre la sonrisa de la cara desde el mismo instante en el que la tengas delante.
Se suele decir que si todo el mundo pensara igual, si no hubiera problemas, la vida sería demasiado fácil, demasiado perfecta y, por consiguiente, aburrida. Podemos aplicar esta máxima a las motos, ¿tiene gracia conducir una máquina perfecta? Con ella experimentarás el petardeo de un motor afinado pero bronco, sin sistemas eléctricos por medio, teniendo la sensación de que eres tú quien manda y no una computadora que tienes bajo el trasero y que limita tus acciones. Seguramente no sea la mejor, ni la más cara, ni la más exclusiva ni la mejor preparada… pero es precisamente esa informalidad, esa indiferencia frente a lo actual lo que la hace tan sumamente atractiva.
Sirva esta Cherry Red Bonneville, por cierto, para celebrar de alguna manera los 500 posts, noticias o artículos o llamadlo como queráis aquí en Motorpasión Moto a lo largo de año y medio. Añadiré ésta a la lista de motos que me han hecho babear durante minutos y que han tenido el honor de decorar el fondo de pantalla. Os dejo por último y para gozo de la comunidad una pequeña galería de fotos que seguro te hace perder un poco el tiempo.
Fotos vía | Deus Ex Machina
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