En España, Europa y prácticamente en cualquier parte del mundo, los motoristas comparten un gesto globalmente conocido: los dedos en forma de uve. Escrito queda como 'V'ss', y no es más que un saludo entre moteros; sinónimo de hermandad y compañerismo.
Pero no es lo mismo hacerlo en Europa que en Japón. Allí también utilizan el saludo con los dedos en forma de uve, pero no significa lo mismo. Lo llaman el "signo de paz" o "¡yaeh!", y su contexto es completamente distinto al del resto del mundo.
Hospitalidad japonesa, una vez más
Las uves nacieron en la Guerra de los Cien Años; el conflicto que enfrentó a los reinos de de Francia e Inglaterra y que duró 116 años, del 24 de mayo de 1337 al 19 de octubre de 1453. La cruenta historia tiene que ver con que los británicos, se dice, amputaban los dedos índice y corazón a los franceses. Un particular castigo con un fin práctico: que no pudiesen coger la espada ni el arco nunca más. Así que los ingleses empezaron a saludar a los franceses con los dedos índice y corazón, a modo de burla y claro, simbolizando la victoria.
Llegamos a la Segunda Guerra Mundial y como ya había motos que hacían las veces de mensajeras, los camaradas ingleses retomaban el mítico gesto de la guerra de los Cien Años para animarse y recordarse que no estaban solos. Iba un paso más allá, porque tenía el simbolismo en la camaradería y las motos, creando una unión. Hasta hoy.
En Japón no. Hasta allí no llegó, o lo hizo de otra manera, al menos. Entre las décadas de 1980 y 1990 la comunicación, tecnológicamente, era muy limitada. Así que salir en moto era una aventura... Y si te quedabas tirado, a ver a quién llamabas. Seguro que con un teléfono, no.
Allí nació la costumbre de hacer el signo de la paz, o "yaeh". Es decir, los dedos en forma de uve. Como el saludo motero universal, pero que para ellos tomó otro cariz; el de simbolizar un mensaje simple pero reconfortante: "¡Ambos estamos a salvo!". Casa muy bien con eso de la hospitalidad japonesa.
Ayudó a que el gesto se democratizara que una revista japonesa lo difundiera: "Cuando vayas a Hokkaido, haz el signo de la paz". Aquello empezó a democratizarse, y todos lo hacían. Esa revista ilustró el artículo y la recomendación con una especie de animal que hacía la uve, acompañado de la onomatopeya: "¡¡Yaeh!!". Por accidente, se acabó convirtiendo en un símbolo nacional entre los moteros japoneses