Ir en moto, circular con la visera del casco levantada y sentir el viento golpearte en la cara... Suena a película. Pero de repente, ¡horror! Una avispa se acaba de meter en tu casco por arte de magia. Y te pica. ¿Qué pasa? Pues puede pasar lo peor.
Parece inofensivo, pero qué va. Que te pique una avispa en moto tiene serios riesgos, y este vídeo compartido en las redes sociales es la mejor prueba de ello.
Una picadura en moto es... Terrible
Muchos no conocen la sensación de una picadura de avispa. Quien suscribe el artículo ha sufrido una conduciendo, y es una experiencia dolorosa y desagradable.
Muy desagradable. La primera sensación suele ser un dolor agudo y punzante en el sitio de la picadura. Esto ocurre porque la avispa inyecta veneno a través de su aguijón.
Evidentemente, si vas conduciendo, esto es un peligro. La reacción inmediata es la de intentar aliviarte la zona con la mano, lo que supone, casi en un acto reflejo, soltar una de la mano o las dos manos. Eso, unido al susto, es peligroso.
Poco después, instantes, diría, tras la picadura, es común sentir una sensación de ardor y escozor en la zona afectada.
La DGT recomienda mantener la calma en caso de que una avispa entre en el vehículo. Lo ideal es reducir la velocidad, señalizar con los intermitentes y detenerse en un lugar seguro fuera de la carretera para gestionar la situación. Nunca se debe intentar matar al insecto o deshacerse de él mientras se está en movimiento, ya que cualquier distracción al volante puede tener consecuencias trágicas... Pero, ¿y en moto?
La cosa cambia radicalmente. En el vídeo este motorista se encuentra adelantando cuando, de repente, una avispa le pica justo antes de encarar una curva. En un peligroso pero instintivo movimiento, intenta sacudirse el casco, viéndose obligado a parar inmediatamente. Afortunadamente, nadie salió herido, y pudo mantener el equilibrio .
Pero la cosa estuvo a punto de acabar mal; no todo el mundo es capaz de encarar bien una curva y podría perder el control de la moto en una idéntica situación.
Así que el mejor consejo es llevar, dentro de lo posible, la visera cerrada para evitar este tipo de incómodos vecinos. Pero evidentemente, el calor aprieta, y no siempre es lo más recomendable.