El proyecto de final de curso se puede afrontar de muchas maneras. Desde una redacción cargada de imaginación hasta meterte en el taller a renovar una moto de pies a cabeza. Pues es lo que se le ocurrió a un joven estudiante de secundaria en su trabajo de final de curso aprovechando que trabajaba en un taller como aprendiz: crear una moto totalmente personalizada y cuyo resultado final roza la perfección.
Así que por delante tenía ocho semanas para presentar su proyecto de fin de curso y compró una Yamaha SR400. Sobre la base de una moto estuvieron trabajando para transformarla radicalmente, y con cierto toque a una XSR, aunque con un toque scrambler... La nota final fue un diez redondo con semejante trabajo.
Poco queda de serie en esta moto: un guardabarros y dos tapas laterales
La SR400 en la que han trabajado es una moto que data de 2015, y su aspecto es inconfundible. Yamaha devolvió en 2014 esta moto clásica a su catálogo después de una década desaparecida, cuyo precio de lanzamiento fue de 5.999 euros. Su diseño de la gama Sport Heritage basado en los 70 es inconfundible, que evoca simplicidad y tradicionalidad. Bajo ese aspecto vintage, un motor monocilíndrico también retro y puro, como el chasis. Hasta tiene mecanismo de arranque original.
El chico trabajaba para Analog Motorcycles, un taller de preparaciones. Como todavía está estudiando propuso a sus jefes hacer allí su proyecto de fin de curso, y encantados. Tan pronto como compró la SR400 se pusieron manos a la obra. Lo primero fue desmontar al donante y ajustar el chasis para ajustar la geometría trasera, y los tubos pasaron a estar por amortiguadores de alta calidad de Super Shox.
En la parte frontal cambiaron la suspensión, bujes de las ruedas, radios y llantas, recubriéndolos en polvo negro. También se decidieron a cambiar toda la iluminación de la moto por Full LED, hasta en la matrícula.
Fabricaron y personalizaron el asiento, con una tapicería en color marrón claro. Tiene hasta un portaequipajes hecho a medida, de tamaño diminuto pero práctico para poder llegar una mochila o un pequeño baúl.
Decidieron dejar las cubiertas laterales que adornan los flancos de la SR400, aunque pintadas y con tres aberturas. También es original el guardabarros delantero, aunque algo recortado. Justo encima de él, un faro redondo que se estrena junto con una nueva pantalla, manillar, puños, interruptores y hasta una nueva bomba de freno.
Rematan intermitentes LED, espejo retrovisor bajo el manillar, electrónica recableada a una nueva centralita, y un escape bastante discreto. Han conservado y revestido de cerámica el colector original, rematándolo posteriormente con un silenciador de Cone Engineering.
La acabaron bautizando como "15 Shades of Grey" o "15 Sombras de Grey" por la combinación de colores gris, negro y blanco. El alumno se coronó porque sacó sobresaliente en el proyecto... No es para menos teniendo en cuenta cómo ha quedado el look final de esta SR400, que nada tiene de parecido respecto a la que compraron.