Llegaba el momento de ponernos a los mandos de la Suzuki Burgman 125 2014. Para ello, hemos contado en esta ocasión con la inestimable colaboración del recientemente inaugurado concesionario Suzuki Gijón, donde su gerente Jesús Atorrasagasti nos prestó su unidad de pruebas y nos dio todas las facilidades para que pudiésemos hacerle una prueba a fondo a esta verdadera superventas.
Como ya pisaba sobre terreno conocido, el periodo de adaptación fue mínimo. Lo que tarde en introducir la llave en el clausor, girarla, esperar a que las agujas hiciesen el correspondiente chequeo en el nuevo cuadro de instrumentos, bajarla del caballete y salir dando gas calle arriba en busca de los primeros kilómetros en ciudad.
Suzuki Burgman 125 2014, flirteando con los coches
Si ayer contábamos que la nueva Suzuki Burgman 125 2014 es casi la misma moto a nivel de componentes y parte de ciclo que la que probamos en el 2013. ¿En qué se traduce esto? En que contamos con la misma agilidad que nos proporcionan sus llantas de 13 y 12 pulgadas respectivamente para que sea una de las motos más ágiles en ciudad... y de las más cómodas.
Porque no sólo tenemos que ir cómodos en una moto para que podamos hacer 800 kilómetros del tirón sin acabar postrados de noche en la cama. La ciudad puede llegar a ser salvaje, con todas sus trampas en el asfalto (baches, resaltos, alcantarillas, etc). Y unas suspensiones que sean capaces de filtrar las irregularidades junto con un correcto mullido del asiento y una postura cómoda, puede hacer que cuando lleguemos a casa para cambiarnos de ropa e ir a tomar algo con los amigos, lo hagamos de nuevo en nuestra moto y no cojamos en su defecto el transporte público o un automóvil. O hagamos que nos lleven.
La primera prueba de ergonomía la pasa por nota. Da igual si eres bajito o grandullón como yo, te encontrarás perfectamente acoplado en el hueco del que dispones. Las piernas no te tropezarán en el escudo frontal y el manillar no te golpeará las rodillas en giros pronunciados. Su bajo asiento permite a todo el mundo llegar con los pies al suelo aunque por otro lado hace que las rodillas queden muy flexionadas cuando las colocamos sobre la plataforma.
Es por ello que esta moto se conduce con postura custom, es decir, los pies bien adelantados sobre los apoyos preparados para tal fin tras el escudo y con los brazos completamente relajados, así como la espalda apoyada atrás, aunque ahora menos por la falta del apoyo lumbar que ha desaparecido.
Cuando la probamos la otra vez, nos llamó la atención el tacto de gas con un recorrido excepcionalmente largo para lo que solemos estar acostumbrados. Pensamos que era cosa nuestra, que nos habíamos levantado con el pie cambiado o la muñeca demasiado fogosa pero de nuevo hemos encontrado el mismo tacto.
Intentaremos explicarlo lo mejor posible. Pensad en un scooter y en su punto de giro del acelerador en el que ya empieza a empujar con fuerza para salir de un semáforo. Pues bien, en este se encuentra más lejos por lo que cuando nuestro cerebro dice: ahora empezará a caminar; acabará tardando un instante más. Pero por otro lado, permite callejear a baja velocidad, como si de un piloto de trial se tratase, sin tirones bruscos de la transmisión. Casi, casi como si fuese eléctrica.
Los frenos cumplen sobradamente su función. Tenemos tacto y mordiente y, sobre todo delante, casi diría que un poco más de la cuenta ya que nos ocurrió lo mismo que en la prueba de la Vespa S 125ie, en la que en más de una ocasión y con frenadas un poco fuertes, el neumático delantero nos pedía clemencia literalmente a gritos. Aunque las cubiertas IRC que monta de serie no nos dieron ningún susto durante la prueba (siempre en seco), no tienen pinta de ser un prodigio del agarre o al menos no tanto como en la versión anterior que de serie contaba con neumáticos Michelin.
El testigo ECO del cuadro de mandos se ve perfectamente (por la noche diría que casi demasiado) y nos ayuda a realizar una conducción económica. Pero por ciudad porque una vez que nos aventuramos a carreteras del extrarradio, el ser una 125 cc con 12 cv nos obliga a ir en muchas ocasiones a mangueta (como dice Ángel Nieto), y ahí realizamos una conducción de todo menos ECO. ¿Se resentirá en el consumo? Ya veremos.
Por cierto, es curioso que a sus mandos, no encontramos por ningún lado en el manillar o en el cuadro ninguna referencia a la marca cuando lo normal es que la insignia luzca orgullosa.
Suzuki Burgman 125 2014, una campeona en cuidad que se desenvuelve en carretera
Aprovechamos un receso para probar la Suzuki Burgman 125 2014 por las carreteras de los alrededores. Como aquí la orografía es bastante extrema en algunos lugares, nos permite poner a prueba el propulsor en las más diversas condiciones. Y la verdad es que para ser una 125, se desenvuelve más que correctamente. Por lo tanto, si tenemos que hacer varios kilómetros desde nuestra casa hasta la ciudad, es una opción a tener en cuenta.
Con una aceleración progresiva y muy lineal, no es raro que en terrenos llanos podamos ver velocidades de hasta 110 km/h en el marcador sin demasiado esfuerzo. Si las tornas cambian y la carretera asciende, será casi imposible a no ser que nos empeñemos en subir el Pajares, que la velocidad disminuya por debajo de los 80 km/h. Y hablando de carretera es más que suficiente para circular con seguridad.
Al contrario que con otros scooter con llantas pequeñas de 12 o 13 pulgadas, la Suzuki Burgman 125 2014 no es excesivamente nerviosa. La longitud entre ejes evita que a las primeras de cambio la moto incline demasiado pero sin embargo, su amplio carenado en sección lateral la hace algo sensible al viento lateral, que habrá que tener en cuenta.
La nueva pantalla le sienta muy bien y protege lo suficiente a casi todo el mundo. Además protege más que la anterior en la zona de los hombros ya que el deflector sólo desviaba el aire que nos iba al casco y no a la parte alta del cuerpo (al menos en mi caso). Puede que en algún caso en concreto, la línea de visión nos quede partida por el final de la pantalla.
A medida que nos animamos y buscamos las cosquillas, la Suzuki Burgman 125 2014 permanece muy noble en la trazada. Únicamente buscando los límites, tanto del propulsor como mecánicos (corta a 10.500 vueltas lo que supone unos 130 km/h de marcador), aparece alguna sensación de inseguridad y movimientos en el scooter. Pero ni es para lo que está diseñado ni nos tiene que sorprender porque hablamos de que eso es límite, ¡límite! (de nuevo echo de menos a Ángel Nieto).
La altura es más que suficiente a todos los niveles, y si buscamos el punto de contacto, no tengo muy claro si este se produce en el caballete o en la quilla inferior ya que creo que en alguna curva llegue a tocar con esta parte y no con algo más metálico que suele ser lo normal. A pesar de las inclinadas, el aplomo es bueno y nos permite ya, a estar horas, tomar rumbo a la autopista.
Continuará...
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