Desde que hace unas semanas me enteré de que habían abierto un circuito off-road con motos eléctricas de alquiler tenía ganas de probarlo. Se lo comenté a unos amigos y el domingo pasado fuimos a probarlo. El circuito está en Sant Feliu de Codines, un pueblo de montaña a unos 40 kilómetros de Barcelona. Las motos se alquilan por tandas de 15 minutos que cuestan 20 euros. Tenía mucha curiosidad por probar este tipo de motores después de haber leído tantas cosas sobre las motos eléctricas durante este año. Viendo los artículos en los medios a veces da la sensación de que ya estén por todas partes. La realidad es que todavía son la anécdota de un mercado que seguro que va a crecer mucho en los próximos años.
Reconozco que mi escepticismo sobre las motos eléctricas se ha reducido después de haber probado las Quantya en Sant Feliu de Codines. Creo que para muchos usos (y disfrutes) las motos eléctricas ya son una alternativa real. Por ejemplo, circuitos como el de Sant Feliu de Codines: me sorprendería que no vieramos un crecimiento exponencial de este tipo de circuitos en las zonas turísticas el verano próximo. Solo hace falta una explanada para trazar el circuito y unos enchufes para recargar las motos. Y las motos, claro.
Lo más sorprendente al llegar al circuito es la ausencia de ruido. Estás viendo rodar las motos, pero no se oye nada. Nada. De entrada, es un contraste enorme con lo que estamos acostumbrados que pase al ver rodar las motos de enduro o de cross. Apenas se oye un pequeño zumbido del motor (vaya, como la lavadora de casa...) y las ruedas rodando sobre la tierra. Silencio. De hecho, en la siguiente fotografía podéis observar lo cerca que están las casas del pueblo del circuito, cosa imposible si se rodara con motos de gasolina. Esta será una de las claves para facilitar el desarrollo de este tipo de instalaciones, al poder estar muy cerca de los núcleos habitados. Y seguramente, de la propia evolución del enduro y el cross.
Otra de las sorpresas viene de la zona de reposo de las motos entre manga y manga. En lugar de la habitual zona de taller con bidones de gasolina y útiles semejantes, hay una colección de enchufes con las motos recargándose. Todo un cambio de chip. La imagen tiene su gracia. La recarga es bastante rápida porqué llega línea trifásica y no hay sensación de estar dependiendo de los tiempos de recarga. Yo me imaginaba que tendría unas motos recargándose mientras rodaban otras. Pero no: solamente hay un juego de motos que se van recargando entre manga y manga.
La verdad es que el espacio está bien montado y además de alquilarte la moto te prestan un equipo personal completo de buena calidad para la conducción de moto de campo que incluye las botas, medias, pantalones, camiseta de enduro, peto rígido, guantes y casco. No se escatima en nada. Te dan toda las prendas de tu talla en una caja de plástico en la que pones tu ropa tras haberte cambiado. En este sentido, un 10 a la organización.
Una vez examinado el circuito y las motos, nos vestimos "de romanos" y esperamos nuestro turno para subirnos a las motos (una larga espera, por cierto, lo que es una muestra del éxito de la iniciativa). Desenchufamos las motos y nos subimos a ellas. Son motos altas, como deben ser las motos de campo. Y una sorpresa: no hay pedales en los pies acompañando a los estribos. Son motos automáticas que tienen el freno delantero y trasero en las dos palancas del manillar. Curiosamente, a pesar de haber conducido más de una treintena de modelos de moto diferente, dada mi aversión personal a los scooters esta ha sido la primera vez que conducía una moto automática sin marchas. Siempre hay un primer día para todo.
Y no solo era la ausencia de marchas. Al girar la llave de contacto no pasa nada. Ningún ruido que delate el arranque del motor. Pero me avisan de que la moto está arrancada. ¿De verdad?. Como soy un poco incrédulo, rosco un poquito el gas y hace la intención de moverse. La verdad es que se siente raro el tema. Sin marchas y sin ruido. Me parece más que será una bicicleta que una moto. Y arranco........
Pero para leer las sensaciones sobre la moto, tendréis que esperar a mañana, a la segunda parte de esta crónica...
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