
Lo ha vuelto a hacer. Por Günter Schachermayr no le conocerás, pero quizá sí como el loco de la Vespa. Es un colgado que se dedica a hacer todo tipo de retos con una Vespa: desde tirarse de un avión con ella, hasta lo que acaba de acometer, que no es poco.
El loco de la Vespa acaba de revalidar su título nobiliario a colgado del año subiendo un puerto de montaña con una Vespa a una rueda y con la cabeza tapada como un verdugo; sin ver nada. Saluden al nuevo récord mundial más loco de 2025.
Prepara un récord de 48 kilómetros
El austríaco ha vuelto a poner a prueba los límites del sentido común, la física y su Vespa. A sus 47 años, este especialista del absurdo sobre dos ruedas ha reaparecido con una maniobra digna de otro planeta: recorrer en caballito y con los ojos vendados un tramo de montaña en Austria.
El escenario elegido ha sido la carretera de St. Ulrich, un tramo de 4,5 kilómetros que no destaca precisamente por ser una línea recta ni un paseo relajado.
Schachermayr lo recorrió completo sin apoyar la rueda delantera en ningún momento. De hecho, ni siquiera la llevaba: la Vespa había sido modificada para eliminar completamente el tren delantero, incluida la horquilla. Nada de apoyos, todo al eje trasero. Ya lo hemos visto en otras de sus hazañas.
Pero la locura no acaba ahí. Schachermayr llevaba puesta una capucha negra que le impedía ver absolutamente nada. No era un simple antifaz: hablamos de un tejido completamente opaco que también bloqueaba el paso del aire. Por eso, para poder respirar, necesitó un pequeño sistema de oxígeno medicinal conectado por manguera a una máscara bajo la tela.
Para orientarse, solo contaba con las indicaciones por radio de un asistente que iba en un coche guía. Sin visión, sin referencias y con respiración asistida, el austríaco completó el tramo en condiciones que parecen sacadas de una novela distópica… o de un capítulo de Jackass.
Y todo esto, según él, no es más que un entrenamiento. Su objetivo final: conquistar la carretera alpina del Grossglockner, la más alta de Austria, bajo las mismas condiciones extremas. Son más de 48 kilómetros de curvas de alta montaña, a más de 2.500 metros de altitud, que piensa subir a una sola rueda, sin ver nada y respirando con ayuda.
No es la primera vez que Günter se mete en líos por sus ocurrencias. Ya ha tenido que rendir cuentas ante la policía por maniobras similares en vías abiertas al tráfico, lo que le costó la retirada del carné y algún que otro sermón legal. Pero ni eso parece frenar su afán por seguir buscando el equilibrio imposible entre el espectáculo, la mecánica y el puro delirio.
Imágenes | YouTube