Del Japón, el país del Sol Naciente sé pocas cosas: se levantan antes que nosotros, tienen la suerte de irse a la cama también antes que el resto, tienen tradiciones ancestrales, son la personificación de la educación hacia los demás y fabrican y diseñan muy buenos productos. También sabía que allí son muy restrictivos en el uso de vehículos, en cuanto a cilindrada, potencia y ruidos.
Era el paraiso de las cuatrocientos, motos deportivas a escala de las míticas por aquel entonces 750 y 1000 que poblaban las carreteras europeas, mucho más permisivas. Una parte de ciclo alucinante, un peso contenido y un motor para subir de vueltas como un molinillo. No me extraña que allí también haya apasionados, pero a grandes quemados, grandes remedios. Y sólo hay que ver cómo se las gasta la policía japonesa para detener a un grupo de motoristas en sus erres.
Esto si es un control y no lo que hacen en España. Claro que si esto lo hiciesen es España la propia Guardia Civil sería denunciada y los motoritas pedirían daños y perjuicios por los desperfectos ocasionados a sus motos, aunque se hayan pasado todas las normas por la quilla.
Aunque de todo el vídeo me quedo con la imagen del Toyota AE86 y el policía preguntándole al chavalín: vamos a ver Takumi, ¿dónde pensabas que ibas así? Ahora vas y le explicas a tu padre porqué llega tarde el reparto del tofú. (Chiste solo para gente muy freak como yo).
Vía | Mad Riders
En Motorpasión Moto | Ducati 1199 Panigale para Japón, demasiado ruido que hay que callar