Así se esfuman 30.000 euros de moto en la primera salida: despeñándola por un barranco y haciendo como si no pasara nada

La Yamaha R1M es una de las superbikes más exclusivas del mundo. Una de esas motos con las que todo motero amante de las fábricas japonesas ha soñado alguna vez.  Pues un youtuber que se dedica a restaurarlas terminó el proyecto después de meses... Y la acabó despeñando por un barranco.

El piloto está bien, pero nos deja un vídeo de experiencial extremadamente educativo, y de no ser por las protecciones, igual no estaría para haberlo contado. Solo hay que ver cómo acaba la moto.

El anterior dueño también se despeñó con ella

CJMedia es un youtuber que se dedica a grabar contenido audiovisual relacionado con las motos. Básicamente es lo que en España conocemos como un 'manitas': compra todo tipo de motos desguazadas, las repara, las da una segunda vida y luego se las queda o las vende. Sus vídeos son un auténtico orgasmo mecánico.

Desde CBRs, pasando por ZX-10R, Aprilia RSV4... Por su mano han pasado cientos de modelos y todos han quedado como salidos de fábrica (y para prueba, sus vídeos). Una de sus últimas joyas restauradas fue una Yamaha R1M de 2016 accidentada.

El proceso de restauración fue lento, y le llevó terminarla unos cuantos meses. Le costó sudor, esfuerzo y mucho dinero, pero consiguió devolverla a la vida e incluso la recubrió de carbono con partes originales de la R1M. Este es el último vídeo en el que la termina de montar... Y queda preciosa.

Así que salió de ruta con sus colegas, que tampoco iban descalzos: uno llevaba una S 1000 RR, otro en una Ducati 848 Evo y un tercero con una MT-09. La ruta por carreteras de montaña y barrancos prometía... Hasta que sucedió.

El youtuber enfila la curva abierta a 74 mph, lo que equivale a unos 120 km/h aproximadamente. Y claro, no le queda otra opción que frenar de la mejor manera que puede. Las ruedas de la moto se bloquean, se va recto y termina por derrapar en la gravilla, cayendo él y la moto precipicio abajo.

Todo queda grabado en la cámara 360 que lleva instalada en la moto. La caída dura un abrir y cerrar de ojos porque se queda estancado en un árbol, conmocionado, pero sin heridas y consciente.

La moto se despeña unos metros más barranco abajo, e inmediatamente sus compañeros van a socorrerle. Está bien, pero de la moto no se puede decir lo mismo: completamente desguazada como cuando empezó a repararla.

"La mano protectora de Dios estaba sobre mí, me hizo replantearme muchas de mis decisiones del pasado mientras estaba sentado bajo el árbol...", decía el hombre, al que sus compañeros animaban: "Podría haber sido muchísimo peor, Dios estaba contigo".

Lo cierto es que podemos sacar dos lecciones en claro: ir bien equipado es una máxima hoy en día, y de no ser por el mono Dainese, protecciones y casco deportivo, seguramente los resultados hubiesen sido bastante peores.

La segunda lección es que la carretera no es un circuito, y más que nada pasar el límite legal no es lo correcto, pero enfilar una curva a más de 120 km/h es extremadamente peligroso... Y acaba en lo que ya hemos podido ver. Ahora al youtuber le queda trabajo por delante.

Como macabra curiosidad, en el primer vídeo en el que compra la moto accidentada, hay un comentario de su primer dueño: "Esta es mi vieja moto. ¡Casi pierdo mi vida en ella, estaré contento de ver lo que haces con ella!".

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