Conocer los límites de cada uno en la moto es una cuestión meramente personal… Pero no siempre eso influye en una caída. Algo tan esperpéntico como una piedra te puede arruinar el día. Es lo que le ha pasado al popular youtuber Max Wrist, a quien una piedra trastocó sus planes de un segundo a otro.
El norteamericano se encontraba rodando por su hábitat natural, la montaña de Mulholland, una carretera abierta al tráfico en la que, como es costumbre, suele ir a fuego. En fuego precisamente se convirtió su Yamaha R1 recién sacada del concesionario hace escaso un mes por culpa de una piedra.
La mala suerte de este youtuber se salda con la R1 totalmente calcinada
Tan surrealista como cierto es lo que le pasó al youtuber, que es bien conocido por sus temeridades al frente del manillar de la moto. Acostumbrados a verle sobre su BMW M1000RR, esta vez cambió de montura, aunque no por mucho tiempo, puesto que la sacó del concesionario cuatro semanas después del accidente. Se trata de una flamante Yamaha R1 de serie.
En plena carretera californiana, el youtuber entra con todo a la curva, sacando rodilla y dispuesto a encontrar el mejor vértice para conocer a fondo su flamante R1. El desastre es inevitable cuando en plena curva se topa con una simple piedra, cuyo tamaño no parece demasiado grande, pero suficiente como para desestabilizar a la moto completamente.
No puede hacer nada por intentar esquivarla, y acaba pisándola con el neumático delantero. De repente, en un abrir y cerrar de ojos se torna en un día gris. La moto se desestabiliza, el protagonista se va inmediatamente la suelo y la R1 empieza a arder a consecuencia del arrastrón, que rompió el depósito de gasolina y explotó.
Sus compañeros de ruta no dudan en acudir corriendo a prestar ayuda a Max, que ve como la queda reducida a escombro, mientras arde. Lo mejor que pudieron hacer entre todos fue tirar gravilla y arena por encima para sofocar las llamas, que parecían ir a más con el paso de los segundos. Incluso se puede ver una explosión cuando todos están cerca.
Lo más increíble de todo, además de que el piloto no tuviese daños, es que permanece totalmente relajado durante la mayor parte del vídeo. No se queja, no rechista… Será que acepta con resignación el futuro. Una mala experiencia con la flamante máquina de la fábrica de Iwata. La escena fue grabada por su compañero desde la moto que Max seguía.