El año pasado, después de vivir uno de los inviernos más duros de las últimas décadas, ciudades como Chicago descubrieron, con la nieve ya derretida, multitud de boquetes en el asfalto de la red de carreteras. Se calcularon entonces unos 600.000 baches que hacía el camino al trabajo un deporte de alto riesgo. Uno de sus ciudadanos, Jim Bachor, quiso poner su granito de arena y se dedicó a cubrir todos aquellos con mosaicos de lo más originales.
Esta temporada, Jim ha vuelto a repetir la tarea, aunque esta vez ha centrado la temática en los distintos helados que podemos encontrar en los kioskos. En el pasado, Jim simplemente se dedicó a escribir "Pothole" con sus mosaicos, pero también a escribir el número de teléfono del taller más cercano. Y no es de extrañar, en 2014 el ayuntamiento recibió cerca de 1.000 quejas por daños producidos en sus vehículos a causa de estos agujeros en las vías públicas. Obviamente el número de "obras" realizadas para taparlos con mosaicos es mucho menor al, por ejemplo, número de falos dibujados por "Wanksy".
Eso sí, el resultado no revolverá la mente de ningún político conservador y puede que llame tanto o más la atención, por no hablar de su valor "artístico". Eso sí, con un precio aproximado de 45 euros por trabajo, no es ni mucho menos una solución permanente.
Me pregunto, además, si esto no hará más complicada la tarea de los trabajadores de turno que, en primer lugar, tendrán que destruir el mosaico para reparar el bache. Aunque ese es sólo uno de las miles pegas que le podemos sacar... como por ejemplo piedras que se suelten, superficies deslizantes etc. Aunque bien es verdad que el señor Bachor se molesta en indicar, mediante conos, la situación de cada mosaico/bache.
¿Y a ti qué se te ocurre para reparar los daños en las vías de forma más rápida?
Vía | This is Colossal