Surrealista la situación a la que se han enfrentado los agentes de la Guardia Urbana en Cornellá de Llobregat... Tuvieron que detener al conductor de un patinete eléctrica que se movía por la ciudad condal a una velocidad que es difícilmente creíble para uno de estos aparatos: ¡118 km/h por el centro de la ciudad!
Esa no sería la única infracción que cometería el sujeto, porque iba cargado de drogas y hasta de un chaleco antibalas. Al final se libró de pisar los calabozos, pero se fue con unos cuantos euros en multas.
También llevaba dos navajas y un chaleco antibalas
Todo empezó por un semáforo en rojo. Los agentes de la Guardia Urbana de Cornellá presenciaron como el hombre se saltaba el semáforo a cierta velocidad que no les pareció precisamente legal. Inmediatamente le detuvieron, porque además también circulaba sin las luces obligatorias.
Así que cuando se dispusieron a revisar el registro de velocidad del patinete se percataron de la asombrosa cifra que asomaba en la pantalla: ¡118 km/h! El límite legal para este tipo de dispositivos está en 25 km/h. Es decir, que superaba en 93 km/h la velocidad legal permitida.
La cosa no quedaría ahí, sino que le pidieron la documentación, pero no tenía ningún tipo de carnet de conducir. Por ese lado solo le han podido sancionar por circular de forma negligente, no llevar luces y saltarse el semáforo en rojo.
Algo raro notaron los agentes porque le registraron de arriba abajo. La sorpresa fue cuando le encontraron 155 gramos de hachís, dos botellas de popper, dos navajas, un spray pimienta no homologado y un chaleco antibalas.
Las drogas encontradas fueron prueba más que suficiente para someterle a un test de drogas. Unos minutos después confirmaron que dio positivo en THC, opiáceos, cocaína, heroína, anfetamina y benzodiacepinas. Ante el abanico de infracciones le acabaron multando por un delito contra la seguridad pública, y el patinete fue confiscado junto con las drogas y el resto de objetos.
Aunque la policía no ha concretado el importe de la multa, intuimos que es de más de mil euros. Solo por conducir uno con presencia de drogas en el test son 1.000 euros. A eso hay que sumarle los 155 gramos de hachís, que superan la cantidad máxima establecida para autoconsumo, siendo esta de 25 gramos de hachís, y ahí entran en juego penas de prisión de uno a tres años y multa del tanto al doble del valor de la droga.
Este tipo de noticias unidas a los incidentes también han sido un plus para que la DGT y los ayuntamientos tengan cada vez más mano dura. Los seguros obligatorios y las restricciones en ciertas zonas son ya un hecho en muchas ciudades. Incluso la Ordenanza Municipal de Circulación de Vehículos y Peatones se modificó en 2021 para adaptarla por el gran número de VMP en la ciudad en la que se ha producido el hecho.