"Es un método educativo". La Guardia Civil de Tráfico defiende su "cara amarga" de poner muchas multas

 "Es un método educativo". La Guardia Civil de Tráfico defiende su "cara amarga" de poner muchas multas
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Cuando se habla de la Guardia Civil de Tráfico, muchos, inmediatamente, lo relacionan con las multas. En verdad, hay mucho más detrás: asistencia en carretera, ayuda, y muchas vidas salvadas. A pesar de ello, es cierto que el sambenito de las multas es difícil de quitar.

Pero, ¿cuál es la percepción que tiene de todo esto la gente dentro de la propia Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ATGC)? Una capitán de la Benemérita lo revela.

Las denuncias equivalen a un método educativo

Laura Granja es la capitán de la ATGC. Y como era de esperar, porque es un hecho, ha reconocido en palabras a la propia Dirección General de Tráfico (DGT) que la Benemérita tiene "esa cara amarga de que denunciamos", pero que es su "manera de intentar concienciar al usuario de que ha realizado una conducta anómala en carretera":

Una multa, sinónimo de haber podido evitar un siniestro: "Nuestra función no es otra que hacerle consciente de que a veces gracias a que le paramos hemos conseguido evitar un siniestro", menciona.

La Benemérita justifica además que "nuestra función principal no es denunciar, sino evitar que se produzcan siniestros viales y la denuncia es una enseñanza al usuario: una manera de decirle ‘lo has hecho mal, has cometido una infracción que podría haber ocasionado algo más grave en carretera".

Multas 2 2024

Las denuncias, dice, equivalen a un "método educativo" para informar al conductor de que ha hecho algo mal. Y por tanto, de esa manera, previenen los accidentes, o eso dicen.

En su vocación de servicio, los agentes dicen pasar muchas penalidades, pero que engancha: "La especialidad es dura: todo el día en la carretera, lluvia, nieve... Pero tiene una cosa que engancha: es muy gratificante auxiliar al usuario en un siniestro vial, estar con la familia".

Recientemente, además, se les ha dotado con las nuevas impresoras térmicas que son transportadas por los agentes en sus coches y motos. Más de un millar nuevas con las que pueden formular multas instantáneas a través de dispositivos móviles de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Una pequeña revolución tecnológica para no dejar pasar ni media.

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