La Dirección General de Tráfico con su director Pere Navarro al frente siguen preocupados por la seguridad de los usuarios de motocicletas. El incremento de la siniestralidad en uno de los colectivos más vulnerables ha llevado a la organización a tomar cartas en el asunto.
A través de una batería de medidas elaborada de manera conjunta con la Asociación Mutua Motera la DGT ha presentado una iniciativa elaborada que reacciona desde el plano de la concienciación más que desde el castigo.
Una batería de medidas que busca mejorar la siniestralidad en moto
Los datos de la propia DGT son concluyentes aunque no especialmente significativos. Desde el organismo apuntan que en 2017 vivimos un repunte de fallecidos del 3% con respecto a 2016 pasando de 1.161 muertos en vías interurbanas a 1.200; el incremento de fallecidos por millón de habitantes pasó de 36 en 2015 (1.689 fallecidos) a 39 en 2016 (1.810 fallecidos). El total de muertes en accidente de tráfico en 2017 fue de 1.830.
En los datos que nos afectan directamente a los motoristas tampoco podemos estar contentos con 26 fallecidos más en 2017: de 214 a 240, un incremento leve pero notable del 12%. Para atajar esta lacra entre el colectivo de las dos ruedas, Pere Navarro ha presentado una batería de propuestas aún más contundente.
La DGT pretende atacar la accidentalidad del colectivo motorista a través de la concienciación y la educación de todos los usuarios de la vía, pero previsiblemente sin dejar de lado la ya habitual persecución que se realiza de los usuarios de cualquier vehículo.
Nombramiento de la figura del Delegado de la Moto. La Asociación Mutua Motera ha conseguido que la DGT cree la figura técnica de un representante del colectivo motorista que haga las veces de puente entre la DGT y el propio colectivo, siendo una persona involucrada personalmente con el sector de las dos ruedas.
Grupo de Trabajo para la Seguridad Vial de Motos y Ciclomotores. De manera accesoria también se va a promover la recuperación de un departamento destinado a estudiar y manifestar las necesidades con las que se puede mejorar la seguridad de los motoristas entre el tráfico rodado.
Educación de los motoristas. Más allá de la existencia de los carnet A, A1 y A2, la formación de los motoristas será un punto clave a través de cursos voluntarios con beneficios, otorgando dos puntos de carnet a quienes acudan a un curso de conducción segura, cursos para usuarios del carnet B convalidado y otros cursos específicos para profesionales cuyo trabajo se desarrolle sobre una moto.
Formación accesoria. A nivel de administraciones locales se crearán subcomisiones provinciales destinadas a ofrecer información y concienciación sobre problemáticas específicas del colectivo motorista en cada zona.
Mensajes que calen. Hasta ahora la DGT ha hecho muchos esfuerzos por evitar que los motoristas desarrollasen prácticas de riesgo por la vida del miedo, de la represión y la vigilancia. A partir de ahora Navarro ha manifestado que buscan elaborar campañas que promuevan de manera activa la conducción responsable y el uso del equipamiento de protección necesario más allá del obligatorio.
De manera añadida también se trabajará para que desde el momento en el que alguien quiere sacarse el carnet de moto se le inculque la necesidad de usar prendas técnicas valorando la obligatoriedad del uso de guantes de moto.
Nuevas normas. La DGT está estudiando la implantación adicional de algunas modificaciones que afectan a los motoristas como serían la aplicación de la tasa de alcohol 0,0 para motoristas, permitir la circulación por arcenes en caso de retención, un carril moto que dé acceso a las zonas avanzadas en los semáforos o la utilización de espacios urbanos para estacionamiento con el fin de favorecer el uso de la moto en ciudad.