Atropellos, fracturas y traumatismos. El patinete eléctrico, frente a las consecuencias de un uso incorrecto
Son una herramienta valiosísima para la transición hacia una movilidad sostenible en las ciudades, pero los patinetes eléctricos también tienen una cara amarga: la accidentalidad de los VMP está comenzando a preocupar a las administraciones públicas.
Según la fiscalía de Seguridad Vial, se han contabilizado oficialmente en 2018 casi 300 accidentes relacionados con patinetes eléctricos de los que tres de cada cuatro son atropellos a peatones. Además, existe cierta falta de consciencia sobre el vehículo que están utilizando, sin utilizar protecciones, registrando un alto ratio de lesiones en los usuarios de VMP.
La siniestralidad de los patinetes comienza a preocupar
Dejando al margen las tres muertes que se han contabilizado con el uso de patinetes eléctricos, se han contabilizado a lo largo de 2018 nada menos que casi 300 accidentes. Estos incidentes son los contabilizados de manera fehaciente; al margen quedan todos aquellos que no han trascendido de manera oficial por darse a la fuga uno (o ambos) de los implicados o aquellos datos de incidentes en localidades que no han facilitado los datos de siniestralidad.
Esta accidentalidad relacionada con los patinetes eléctricos procedes de Bartolomé Vargas, fiscal de Seguridad Vial, quien en el pasado mes de diciembre cifró en 273 los accidentes en los que estuvo presente al menos un patinete eléctrico, bien como culpable o bien como víctima.
En lo referente al apartado de movilidad podríamos concebir al patinete eléctrico como el eslabón más débil de la cadena si asumimos que su uso se realiza de manera apropiada por las calzadas o carriles bici, pero los datos arrojan una problemática generalizada en torno al uso incorrecto de estos vehículos.
De los 273 accidentes registrados con patinetes eléctricos, 203 fueron atropellos a peatones. Dicho con otras palabras: más de un 74% de los accidentes relacionados con patinetes eléctricos han sido motivados por un uso incorrecto y/o irresponsables de estos Vehículos de Movilidad Personal, utilizándolos por los espacios reservados para los peatones o no respetando su prioridad en espacios donde convergen como los pasos de cebra.
Tanto la DGT como la fiscalía de Seguridad Vial han instado a todos los municipios de España a solicitar a las policías locales una investigación exhaustiva de aquellos incidentes en los que estén involucrados este tipo de VMP, así como su correcta comunicación para contabilizarlos dentro de las estadísticas de siniestralidad en previsión de la normativa que recogerá, por fin, a los patinetes eléctricos como vehículos dentro del Reglamento de Vehículos.
Los datos de la siniestralidad de patinetes eléctricos de Madrid no llegarán hasta el mes de febrero y sólo tendrá una perspectiva parcial, puesto que sólo se empezaron a recabar datos a partir del mes de noviembre que fue cuando la nueva Ordenanza Municipal entró en funcionamiento.
"No es comparable a la de los coches", ha aseverado Vargas, pero sí reconoce que "empieza haber cierta siniestralidad relacionada con los patinetes eléctricos". Por eso ha pedido recabar la mayor cantidad de información posible aunque reconoce que "en muchos casos los patinadores se dan a la fuga o se dificulta la investigación al no tener matrícula".
La reclamación sobre la consideración de los VMP como vehículos lleva meses haciéndose esperar, pero no llegará previsiblemente hasta mediados de 2019. En el momento en que la reforma de la Ley de Seguridad Vial pueda aplicarse, la nueva clasificación propuesta de la DGT obligará a los patinetes eléctricos a atenerse a las normativas de circulación del resto de vehículos y, por ende, a cumplir el Reglamento de Circulación sin estar a expensas de lo que diga cada una de las autoridades locales.
"Queremos que los VMP se equiparen a las bicicletas"
Juan Jiménez, presidente de la Asociación de Usuarios de Vehículos de Movilidad Personal (AUVMP), nos ha apuntado que efectivamente se está realizando un uso incorrecto de los patinetes eléctricos. "Estas malas prácticas se están fomentando debido a la ausencia de un marco común para toda España", nos apunta Jiménez a lo que añade que "no es de recibo que en unos municipios los patinetes tengan que ir por la calzada y en otros por la acera".
La Ordenanza de Movilidad Sostenible de la ciudad de Madrid de 2005 (puedes consultarla aquí) y vigente hasta el mes de noviembre de 2018 obligaba a todo vehículo de rango inferior a una bicicleta a circular por la acera; ahora tienen que hacerlo por la calzada. El cambio de normativa según la AUVMP no se puede cambiar de la noche a la mañana y esperar que los usuarios acaten la norma de manera automática: "Se necesitan campañas de información y concienciación".
Esta misma Ordenanza también recogía la forma en la que estos desplazamientos por la acera debían hacerse y se expone de forma clara que debían realizarse a velocidad de peatón, algo que en muchos casos no se está cumpliendo y es lo que está provocando este incremento incipiente de siniestralidad: del patinete hacia los peatones, especialmente colectivos como las personas mayores o discapacitados.
"Desde la AUVMP lo que pedimos es que normativamente se equipare a una bicicleta eléctrica; estamos trabajando con el Ayuntamiento de Madrid para ello", narra Jiménez. Desde la AUVMP "no defendemos el uso del patinete eléctrico por la acera, queremos ir por la calzada", pero César Martínez (responsable de la tienda Se Rueda) denuncia que en Madrid "no es posible ir de la calle Carranza a Plaza de Castilla en patinete eléctrico si no es utilizando varios tramos de aceras".
Por ahora los patinetes eléctricos sólo pueden circular en Madrid por calles de un único sentido, calles limitadas a 30 km/h, ciclocarriles y carriles bici, lo que según el consistorio de Manuela Carmena supone un 80% del total de las vías madrileñas, pero deja ciertas vaguadas para los usuarios de VMP. "El cambio es imparable y los patinetes han llegado para quedarse. La ampliación de las zonas de uso de los patinetes eléctricos es una necesidad", en opinión de Martínez.
Abrasiones, fracturas y traumatismos
Junto con los patinetes eléctricos se está percibiendo también un repunte de lesionados, y es que en los patinetes eléctricos convergen dos factores determinantes. Por un lado encontramos la velocidad relativamente elevada de estos dispositivos cuya velocidad máxima puede alcanzar los 25 km/h. Por el otro tenemos una estabilidad bastante escueta.
Los patinetes eléctricos tienen en su concepción tantas luces como sombras y si bien son ligeros, prácticos, fáciles de transportar y fáciles de usar, también tienen unas ruedas de escaso diámetro y una distancia entre ejes muy corta. Todos estos factores dan como resultado un producto que es útil pero potencialmente peligroso.
María (nombre ficticio) regaló a su hijo por su cumpleaños un patinete eléctrico. A sus 43 años decidió probarlo, siendo la primera vez que se subía a uno de estos vehículos, perdió el equilibrio y cayó al suelo. Consecuencias: fractura de codo izquierdo, de seis a ocho meses de baja y dolor, mucho dolor.
El de María es sólo un ejemplo puntual, una anécdota alejada del día a día del usuario de patinetes eléctricos, pero refleja muy bien las posibles consecuencias de un uso poco responsable o poco consciente de los Vehículos de Movilidad Personal.
Luis Valencia es técnico sanitario de emergencias, conduce una ambulancia de atención primaria generalmente en la periferia de Madrid y asegura que por el momento no han tenido que atender ningún caso de accidente relacionado con VMP pero confiesa que "prácticamente a diario tenemos un encuentro con patinetes eléctricos haciendo maniobras ilegales de alto riesgo".
Otros profesionales, especialmente los de Urgencias en los hospitales céntricos, sí aseguran haber notado un incremento de pacientes con lesiones relacionadas con los patinetes eléctricos, especialmente agravadas por el deficiente uso del casco y otros elementos de seguridad.
Con una velocidad máxima que puede superar los 30 km/h en condiciones favorables, una caída de un patinete es como una caída como un ciclomotor, por lo que las lesiones son igual de severas. Los médicos cuentan la cara más dura de los VMP con contusiones múltiples, abrasiones, fracturas y traumatismos craneoencefálicos.
La percepción de que los patinetes son como un juguete, la facilidad de uso y cierta sensación de seguridad hacen olvidar a los usuarios que se trata de vehículos a motor, por lo que es más que recomendable el uso de protecciones, especialmente el casco, y respetar las normas de circulación. En Madrid el uso del casco no es obligatorio; en Barcelona sí.