Como buena scooter, y después de haber comprobado como las carreteras amplias le gustan mucho a la GP 800, llega el momento de comprobar si la ciudad también gusta tanto a la moto italiana. Rodando con ella por calles anchas, avenidas de varios carriles y tráfico "alegre", la GP 800 se siente como pez en el agua. Sus prestaciones sin igual le permiten llegar a todo, pasar al vehículo que nos propongamos sin apenas esfuerzo y en definitiva ser los reyes de las calles anchas.
Su tamaño no es pequeño, sino que se trata de una scooter de grandes dimensiones. Por este motivo, el único punto debil de la GP 800 al rodar por ciudad lo encontramos en el paso entre los coches, una maniobra complicada cuando estos se encuentran demasiado pegados y queremos buscar ese hueco que nos permite salir desde la "pole" en el siguiente semáforo. Además debemos tener en cuenta los 245 kilos que pesa, para no tener problemas con los movimientos lentos en el tráfico urbano.
El hueco bajo el asiento tampoco se corresponde con sus dimensiones exteriores, ya que en el solo cabe un casco integral y algún objeto más de pequeño tamaño. Está claro que los 800 centímetros cúbicos y los dos cilindros del motor le han restado mucho espacio.
Si tuviese que darle una puntuación a la GP 800 haciendo caso de lo que me dice mi corazón esta sería un 8,5, ya que a los mandos me he divertido mucho, no he dejado de disfrutar de esas aceleraciones espectaculares y de alucinar con lo mucho que corre. Los 9.300 euros que cuesta la GP800 hay que verlos como un precio de un modelo que destacará por su polivalencia, ya que permite divertirte por una carretera de curvas, viajar en compañía con total comodidad y al mismo tiempo llevarnos hasta el trabajo con las mismas comodidades que cualquier otra scooter y seguro que mucho más rápido. Si es que de scooter tiene lo justo, porque la transmisión es por cadena!