Parece ya tradición que a cada edición del Dakar se le denuncie por la destrucción del patrimonio arqueológico y medioambiental de los países que lo acogen. Ocurrió en África y, como no podía pasar de otra manera, ocurre también en América, concretamente en Chile. Allí la carrera más dura del mundo ha sido denunciada por el presidente del Senado y el colegio de arqueólogos por destruir el patrimonio arqueológico y medio ambiental del país.
Desde el punto de vista deportivo que se nos vende a Europa y a occidente en general me gustaría pensar que el Dakar es un evento deportivo más que deja grandes ingresos económicos en las arcas de quienes los acogen, ingresos que por lo general suelen venir bastante bien a los receptores. El problema surge cuando el gobierno del lugar da carta de libertad a la organización para trazar la ruta por donde les parezca, invadiendo con una caravana de 400 vehículos lugares como el desierto de Atacama. Peor aún es si esto se hace a cambio de "cuatro duros", aprovechándose de la necesidad.
Disfruto como un enano viendo a esos aventureros por desiertos inhóspitos, playas desiertas y dunas kilométricas pero me gustaría que esta hazaña pudiera ser repetida con las mismas sensaciones sin encontrarse por el camino coches quemados, carrocería destrozadas o rastros de aceite de algún motor que estaba en las últimas. Abundantes son las imágenes que tenemos gracias a los helicópteros de la organización y no podemos negar que las ruedas de vehículos como los camiones a 100km/h arrasan con todo aquello que pisan. Si esto lo multiplicamos por el número de participantes estamos ante el deterioro consentido de zonas naturales protegidas.
Se recurrirá al Ministerio Público para que investigue el daño que se ha producido. Estaremos atentos a cualquier noticia al respecto así como seguiremos el Dakar como hasta ahora.
Vía | El Mundo En Motorpasión Moto | Dakar 2012