Cuando utilizamos el término 'radical' en una moto no lo hacemos a la ligera. Y la bestia de hoy es un buen ejemplo de ello. Te presentamos a la Krämer GP2-890R Super Hooligan, una naked hecha a mano por el especialista alemán y cuyo corazón tiene origen KTM, pero todavía con más potencia y un estilazo muy difícil de mejorar.
Krämer es muy conocido en el mundo de las dos ruedas. Especialmente por su penúltima máquina, que es como la que vemos, pero en versión carenada y totalmente deportiva con semimanillares. Pues la han desnudado, y este es el radical resultado para poder competir en Estados Unidos.
Tiene más potencia que una KTM... Y para qué engañarnos, también es más radical
El objetivo de esta moto es poder correr en Super Hooligan en Estados Unidos. ¿Qué es? Una variación de las carreras Flat Track en la que corren motos de calles con todo tipo de modificaciones. Y esta va a ser una de ellas para correr al más puro estilo yanqui durante las diez carreras de la temporada.
Como curiosidad, Krämer está en Baviera, justo al lado de la frontera con Austria y a muy pocos kilómetros de la sede de KTM en Mattighofen, de quienes compra su motor.
La base de esta moto es la exclusivísima GP2-890R de Krämer, una moto equipada hasta los topes para pista: desde parte ciclo, pasando por electrónico y hasta el motor suministrado por KTM. De hecho, es un peso pluma con una relación de casi 1:1. Y su hermana naked también está muy cerca de esa cifra.
Su gemela hypernaked no tiene nada que envidiar a la deportiva hecha a mano en Alemania. Y es que a nivel de motor, chasis y parte ciclo se mantiene prácticamente igual.
Eso significa que tiene el mismo bastidor multitubular de acero cromado de la mítica RC8 C; horquilla de cartucho cerrado WP Apex Pro 7543; frenada Brembo Stylema y el propulsor bicilíndrico de 890 KTM, que en esta versión ofrece 130 CV y no los 138 CV de su versión deportiva. ¡Casi una bestial relación de 1:1!
Las diferencias las encontramos principalmente en el carenado y semimanillares. Ambos desaparecen; la moto queda desnuda y en su lugar los alemanes han instalado un manillar ancho habitual en estas naked. Además, el chasis cuenta con piezas de titanio y carbono para ser más delgada y esbelta.
Mientras su homóloga deportiva gozaba de 125 unidades a la venta, la versión hypernaked no será comercializada por el momento. En el caso de que lo haga, tampoco estará muy lejos del precio de la deportiva, que costaba 41.990 euros. Lo mejor, que Motorrad dice que incluso podrían vender componentes para convertir una 890 Duke R en una Super Hooligan parecida.