La bicicletas eléctricas se han convertido en la opción favorita de muchas personas a la hora de desplazarse gracias a su facilidad de uso y a su bajo coste de mantenimiento. Algunos incluso se han atrevido a modificar sus propios vehículos acoplándoles un motor eléctrico para conseguir las mismas ventajas sin tener que pagar los precios de un nuevo.
Es el caso de nuestro protagonista. El joven conductor de 22 años que está siendo investigado en La Rioja por conducir una bicicleta eléctrica artesanal rebasando los límites de velocidad establecidos para este tipo de vehículos. El joven llego a velocidades que superaban los 45 km/h.
1.550 euros de multa por cuatro sanciones diferentes
Los vehículos de movilidad personal (VMP) se han convertido en el complemento ideal para acortar distancias entre dos puntos, ya sea en patinete o bicicleta eléctrica. Y es que gracias a su facilidad de uso, pueden utilizarse para cubrir cualquier trayecto sin mucho esfuerzo.
Sin embargo, llevar un vehículo de estas características tiene unas determinadas obligaciones cuando se circula por vías públicas. Unas obligaciones que este joven no ha cumplido y que le han puesto en un compromiso ante la justicia.
Y es que según informa la Guardia Civil de La Rioja, un joven de origen húngaro de 22 años está siendo investigado como presunto autor de un delito contra la seguridad vial por circular por una vía interurbana la pasada noche con una bicicleta eléctrica artesanal que no cumplía con las obligaciones decretadas en el Reglamento General de Circulación para este tipo de vehículos.
El conductor fue interceptado en el punto kilométrico 1, de la LR-250, a su paso por el término municipal de Villamediana de Iregua. Se trata de una vía interurbana en la que los agentes detectaron una pequeña bicicleta en la que su conductor se desplazaba de "forma inusual, muy deprisa y sin pedalear", llegando a alcanzar velocidades en paralelo al vehículo oficial superiores a los 45 km/h. Una vez detenido el conductor se procedió a comprobar el vehículo.
Así los agentes pudieron comprobar que la bicicleta había sido modificada para integrar un motor eléctrico en cada rueda con una potencia total de 1.000 W. También se habían acoplado dos baterías, un controlador de potencia y un acelerador en el puño derecho del manillar. Gracias a ello, el usuario se desplazaba sin tener que dar ningún tipo de pedales.
Este hecho unido a la no desconexión de su motor ha sido precisamente el causante de sus problemas ya que según el reglamento 168/2013, una bicicleta de pedaleo asistido son aquellas "equipadas con un motor eléctrico auxiliar, de potencia nominal continua máxima inferior o igual a 250 W, cuya potencia disminuye progresivamente y que finalmente se interrumpe antes de que la velocidad del vehículo alcance los 25 km/h o si el ciclista deja de pedalear".
Si las características técnicas de una bicicleta eléctrica superan alguno de estos puntos en lo referente a potencia, velocidad o forma de entregar la potencia entrarán dentro de la categoría L1e-A (ciclo de motor) o L1e-B (ciclomotor de dos ruedas) según sea el caso.
Así mismo, el Real Decreto 339/2014 del 9 de mayo establece en el Artículo 2 apartado c que "un ciclo de pedaleo asistido será un ciclo equipado con pedales y un motor eléctrico auxiliar, que no puede ser propulsado exclusivamente por medio de ese motor auxiliar.
Tras comprobar la bicicleta e informar al hombre de esta normativa, el vehículo pasó a tratarse como un ciclomotor, por lo tanto se le exigía estar matriculado como tal, disponer de un permiso de circulación, tarjeta de inspección técnica y seguro. Al carecer el implicado de permiso o licencia de conducir, éste esta siendo investigado como presunto autor de un delito contra la seguridad vial, siendo sancionado alternativamente con las penas de prisión de 3 a 6 meses, multa de 12 a 24 meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días.
Además de esto, se le han tramitado hasta cuatro boletines de denuncia por carecer de autorización administrativa, seguro obligatorio, espejos retrovisores y claxon, atributos que debe tener todo ciclomotor en circulación, ascendiendo el total de las multas hasta los 1.550 euros.
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