El chasis Kalex fue más protagonista en el Gran Premio de Francia que muchos pilotos de la parrilla de MotoGP. Que Honda encargase la pieza troncal de la moto a un fabricante externo supuso todo un terremoto, y en Le Mans pudimos empezar a ver los resultados de tan antinatural asociación.
Marc Márquez probó por primera vez el chasis Kalex en el circuito de Le Mans, y las conclusiones fueron tan positivas que corrió la carrera con él y pidió que la segunda moto también lo tuviese montado. Eso sí, no significa que la Honda ya esté para ganar. Solo es el primer paso para salir del pozo en el que están.
El nuevo chasis ha traído más estabilidad delantera, pero a cambio del paso por curva
El chasis Kalex tuvo su propia historia en el Gran Premio de Francia. Honda le explicó a Álex Rins que no le podían dar una unidad porque solo tenían dos, una para Márquez y la otra para Joan Mir. Pero cuando el catalán pidió montarlo en su segunda moto también, mágicamente apareció un tercer chasis Kalex que se quedó en el garaje de Márquez.
Más allá de las cosas de Honda, lo primero que hay que entender es que el chasis Kalex no es perfecto. Márquez se encontró más a gusto con él, pero a cambio de sacrificar ciertas cosas: "A la hora de girar en mitad de la curva prefiero el chasis anterior", explicaba Márquez. Pero prefirió sacrificar eso a cambio del santo grial, la estabilidad en la rueda delantera.
Lo que aporta el nuevo chasis Kalex a la Honda es exactamente lo que Márquez lleva años buscando: una rueda delantera estable y firme que le permite hacer su clásico pilotaje compás. En Le Mans volvimos a ver a Márquez pilotando como siempre, como él mismo reconoció: "He pilotado como hacía mucho tiempo que no podía".
El nuevo chasis es menos rígido, más amoldable, y parece que también permite a los pilotos de Honda recibir avisos antes de irse al suelo de forma súbita, como les ocurría antes. Un asunto crucial si tenemos en cuenta que los pilotos de Honda llevan años batiendo récords de caídas, y que Márquez debe cuidar de su salud.
El resultado fue decepcionante. Tanto Márquez como Mir terminaron por los suelos y el Repsol Honda sigue en la última posición del mundial de equipos. "Solo es una pequeña ayuda", recalcaba un Márquez que sigue exigiendo más a Honda. Ahora hay que mejorar "frenar la moto y acelerar a la salida de las curvas", concluía.
Pero, al menos, parece que algo empieza a moverse dentro de Honda para reencauzar el proyecto de la marca más prestigiosa y ganadora de MotoGP.