El mercado de la moto se ha frenado en seco con el COVID19. La cifra de ventas del mes de abril de 2020 es el claro ejemplo y es algo que ha puesto en jaque a la industria de las dos ruedas.
Las normativas europeas de anticontaminación siguen su curso y el calendario se aprieta para las marcas. Los concesionarios se preguntan cómo pueden dar salida a las motos Euro 4 que están por vender.
Las motos Euro 4, un quebradero de cabeza más para los concesionarios
Las marcas, sin imaginarse lo que estaba por venir, empezaban este 2020 con el reto de adaptar su mix de ventas a la normativa Euro 5, que inició su andadura en enero. Esta es la razón principal de la oleada de novedades de los últimos meses y también podría considerarse un motivo para incentivar la visita al concesionario. Pero esto era antes del COVID19, la realidad ahora es diferente.
Después de una primavera nefasta que ha roto de cuajo todas las previsiones de venta anuales, y con una crisis económica que asoma por el horizonte, muchos concesionarios se están preguntando qué hacer a partir de ahora. Para tratar de animar el mercado varias marcas han propuesto descuentos y ofertas, pero es a todas vistas un parche para la herida, pero no una cura total.
Durante este 2020 los concesionarios tienen la necesidad de vender las motos Euro4 que les quedan en stock, y aunque la normativa también permite que lo hagan en 2021 y 2022, las cifras permitidas son insuficientes teniendo en cuenta la situación actual.
Desde la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas (ANESDOR), a través de su presidente Víctor González en declaraciones al periódico Expansión, se destaca la preocupación general de las marcas ante la imposibilidad de dar salida a las motos de la anterior normativa de emisiones.
Las automatriculaciones y el mercado de ocasión, la única alternativa viable
Son dos las opciones que tienen los concesionarios (que no hay que olvidar que tienen una economía mermada por el COVID19) de dar salida a los vehículos Euro 4 que quedan en stock, y ambas deben formar parte de una misma estrategia. Por una parte deben realizar ofertas agresivas de vehículo nuevo en lo que queda de 2020 y después, tendrán que realizar automatriculaciones masivas. Con esto pasarían el producto restante al mercado de ocasión en el que la normativa de emisiones no afecta directamente a la venta.
Todo este ajuste comercial supone una reducción de la ganancia por moto de los concesionarios en un momento que es difícil. Para más inri, no hay que olvidar que estos vehículos, que ya están fabricados, irán envejeciendo y perderán valoración en el mercado.
Las marcas piden una moratoria y una flexibilización de las condiciciones de venta
Teniendo en cuenta las circunstancias extraordinarias causadas por la crisis sanitaria del COVID19, los fabricantes de dos ruedas piden a Europa que se realice una revisión de las condiciones de venta de las motos Euro 4 dentro del paradigma de la norma Euro 5.
Se trata de un movimiento de carácter puramente económico que puede suponer un cierto respiro para los concesionarios. Al tratarse de motos que ya están fabricadas los prejuicios medioambientales simplemente responden a su puesta en circulación en comparación a una moto Euro 5.
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