España tiene la primera carretera del mundo construida sobre lava caliente. Un récord cuyo contexto es más desagradable, pues hay que remontarse al 19 de septiembre de 2021, momento en el que entró en erupción el volcán de Cumbre Vieja, y que estuvo activo hasta el siguiente 13 de diciembre.
En necesidad de una vía para poder transitar por la isla, han construido una de las carreteras más singulares de España y del mundo. De hecho, no existe ninguna igual, y es la primera carretera asfaltada sobre lava de volcán.
En América intentaron hacer una, y se derritió
La erupción del volcán de Tajogaite dejó lugares aislados completamente. Una solución, un reto, era terminar con ese aislamiento entre varios núcleos y explotaciones agrícolas. Por eso el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible se propuso el proyecto que ahora ya es una realidad.
El recorrido atraviesa 2.4 kilómetros sobre las coladas de lava, mientras que el resto del trazado pasa por 600 metros de terreno agrícola y 502 metros de terrenos sin cultivar.
El desarrollo del trabajo fue más que complicado. Tres meses después de que terminase la erupción empezaron los trabajos. Y eso supuso trabajar sobre las altas temperaturas de las coladas, que oscilaban entre 250 y 300 grados. Por eso era importante controlar las temperaturas en tiempo real.
Evidentemente, hubo problemas como el sobrecalentamiento de la maquinaria o la peligrosidad de trabajar por encima de esas temperaturas. El precedente de esta carretera se encuentra en América, donde se intentó construir una carretera sobre lava y se derritió. En España, en cambio, ha funcionado.
La carretera se construyó sobre lava que aún no se había enfriado del todo, ya que las obras empezaron apenas tres meses después de que la colada de lava terminara de formarse. Para que nos hagamos una idea del reto, más del 60% del recorrido de esta vía está sobre una capa de lava de unos 12 metros de espesor, lo que convirtió la obra en un auténtico desafío técnico.
En solo 14 meses, lograron hacer una carretera sobre terreno volcánico, lo que no es nada habitual. La nueva carretera tiene una longitud de 2,2 km con un carril por sentido y está construida colindante a la colada de lava mientras el volcán estaba en erupción.
Por allí circulan ahora a diario motos, coches y todo tipo de maquinaria que conecta las localidades en una de las carreteras más inhóspitas y surrealistas pero eficaces de todo el mundo.