El Pacto Verde Europeo ya dictó sentencia: 2035 era la fecha límite para vender vehículos de combustión. Todo parecía abocado a ello después de aprobar la legislación que prohibirá la venta y matriculación de vehículos que emitan CO2.
Sin embargo, las últimas elecciones al Parlamento Europeo pueden cambiarlo todo. El cambio de rumbo político y el fortalecimiento de la derecha han acabado con un primer órdago: revisar el Pacto Verde y parar la mencionada prohibición.
La derecha quiere cargarse parte del Pacto Verde
El 28 de marzo de 2023 los ministros de energía de la Unión Europea aprobaron la legislación que prohibiría, a partir de 2035, la venta y matriculación de todo vehículo que emitiese CO2. Hasta hoy, esa prohibición sigue en vigor, pero todo puede cambiar próximamente.
Las recientes elecciones al Parlamento Europeo han supuesto el fortalecimiento de la derecha europea, que no ha perdido el tiempo y ya ha disparado el primer tiro al aire contra las leyes verdes en la zona euro. Minutos después de proclamar la victoria el domingo por la noche, anunciaron su intención de revocar la promesa de prohibición.
La prohibición de vender vehículos con motor de combustión a partir de 2035 es el pilar central del Pacto Verde europeo, cuyo objetivo es, recordemos, reducir las emisiones del planeta.
Manfred Weber, líder del Partido Popular Europeo (PPE), de centroderecha, que obtuvo la mayor cantidad de escaños en el Parlamento Europeo en las elecciones, salió a hablar en Bruselas. Y una de las primeras palabras fue la de tildar de "error" la prohibición, y prometió que el partido discutiría la revocación "en los próximos días".
La maquinaria para cancelar esa prohibición ya está en marcha, y no solo la derecha ha entendido que el viento ha cambiado. Los Verdes de Europa también lo han comprendido a la perfección. Empezando por el alemán Michael Bloss, un ecologista. Dijo que, a pesar de que el pacto no ha muerto, hay que ver qué sucederá, y acepta un posible cambio de rumbo.
Peter Liese, que es uno de los principales legisladores climáticos del PPE ya ha dicho a POLITICO que el partido aboga por un acuerdo menos restrictivo para conseguir eliminar la contaminación por gases de efecto invernadero para 2050. Concretan que harán "algunos ajustes" y que "la prohibición de los motores de combustión es algo que debe desaparecer".
Una cosa son las palabras, y otra los hechos. Deshacer la prohibición supondría contradecir a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen (también del PPE). Ella fue de quien nació la idea, y la respaldó para hacer campaña para un segundo mandato de cinco años como máxima ejecutiva de la UE.
Desde 2019 las cosas han cambiado mucho. Los fabricantes de automóviles han hecho inversiones millonarias en movilidad eléctrica a causa de esa todavía vigente prohibición. Suponen cambios en las líneas de producción y han descontinuado otras, y cambiar de opinión cada vez que hay un cambio de gobierno supone una auténtica desestabilización para la industria. La convivencia entre unos y otros es lo más favorable.
Las motos están un limbo. Parece que la prohibición, de momento afecta a coches y furgonetas, ya que la Comisión Europea ha considerado que la contribución de las emisiones contaminantes de las motos a la gráfica general es ínfima, tanto como para no prohibirlas. Sin embrago, hay marcas que ya han dado sus primeros pasos, como Suzuki y Honda, que ha anunciado una electrificación de toda su gama de aquí a 2040.